POEMAS DE DAVID SÁNCHEZ SANTILLÁN

 

 

SI SOBREVIVES

si persistes,

canta,

sueña,

emborráchate.

 

Es el tiempo del frío: ama,

apresúrate.

 

El viento de las horas

barre las calles, los caminos.

 

Los árboles esperan: tú no esperes.

 

Este es el tiempo de vivir,

el único…

 

 

AL AMANECER…

 

El calor une las miradas tras los corredores

que una vez condujeron a mis venas.

 

Lejos,

el deseo esconde uno a uno

a los siervos del agua,

círculo de espadas emanando los sitiales,

inmolando en las piedras el reflejo de la luz.

 

Medusa calla…

y danza en los vitrales.

 

 

“Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”. ~ Friedrich Nietzsche

 

NO ES TANTO EL DOLOR:

es más el actuar del cuchillo.

 

Me corto a mí mismo para dormir.

Grito para ocultar que estoy solo.

La estridencia exige mi nombre.

 

Hazme entender el pensamiento sea cual sea,

concédeme ver, concíbeme ser,

bosteza en mí.

 

Las gotas de agua

mendigan para golpearme,

no ha llovido durante días.

 

No hay tiempo para jugar al escondite y buscar.

Rómpeme a pedazos.

Colócame de vuelta, hazlo bien esta vez.

 

Lucha para llenar esta coraza vacía.

Quemar mi arrojo

no significa nada.

 

 

CAMINANTE, TE ENCUENTRAS EN SILENCIO,

esperando y odiando,

formas que no puedo soportar.

 

Observo el infierno en tus ojos.

Tocarte me hace sentir vivo.

Tocarte me hace sentir muerto.

 

Ando, espero, degusto

este infierno tuyo que ahora es mío

en la sorpresa.

 

He dormido solo, desclavado,

tan lejos en el juego “del corazón ermitaño”

he penado.

 

Ahora sé, no podré matar de nuevo,

dormí por tanto tiempo

que la bocanada de quien habitaba en mí

también ha partido.

 

 

“Los demás también mueren
como tú, gota a gota,
hasta que el mar se llena”. ~ Gonzalo Rojas

 

 

ELLA

levanta las flores de su caja a la ventana.

 

El verano se torna sucio,

las bandadas con el invierno se avecinan.

 

Ella

levanta el velo de la lluvia en la mañana

seca las lágrimas con lo que resta del verano.

 

Aljófares de humedad brillan en el rostro.

 

Cortan su interior en el gusto.

Fue lo primero que se me ocurriría, decía.

 

Ella ajusta las flores de lado a lado.

Solas embelesan a la tierra.

 

Ocultar lejos el sol rabioso

encubrir en mí el amor por el fuego, respondía.

 

Ahora que ya hemos envejecido

Ella enreda su cansancio en los arbustos altos

encogiéndose hacia abajo con la cabeza en sus manos.

 

Ella llora en voz alta.

 

Aparece el frío, en esta noche tan fría, repetía.

 

Ella ya no puede observar los rezagos de quien fue.

 

Congela su vida a través de las legibles bromas.

Su voz se dirige a este día de lluvia.

Exclamando el compás del barítono discernimiento

para quedarse.

 

Ella es ahora la hermana a sostener,

sueño de nube en el disipar del fuego.

 

Ahora ya reside acostada en tu cama,

mientras que por debajo de la puerta

seres bailotean.

 

Luego de transitar los corredores de la reminiscencia,

todos ellos gritan: ¡Será divertido, pero ya no hay donde ir a buscar!

 

 

“Pierdo el tiempo pensando en lo esencial que a veces dejo pasar. Cuántos instantes he ignorado ya  capaces de haberme cambiado. No hay oración capaz de decidir por mí ¡Oh Señor! No queda otra opción y jamás me vuelvo a arrepentir…”  ~ Tomado del tema “Oración”. Álbum Senderos de Traición, Héroes del Silencio, 1990

 

ME HE PREGUNTADO TUS RESPUESTAS

Deletreando cada una de las sílabas

he sabido bien responder en mis adentros

lo que la lírica balbuceante de tus labios corroe.

 

Me he quitado tu pinta labios

aquel sabor a lipstick barato

y el hedor del cigarrillo arremetido en las encías

mientras expelía las bofetadas de la angustia.

 

Ahora,

sin más que el sentir de la espuma a medio concluir

exploraré de nuevo las calles de la mortandad,

escuchando su sonata de mediodía,

arrimando mi mejilla en el ronco sonido de la somnolencia.

 

Agotándome.

Exaltándome.

Quebrando en cada esquina luces tenues.

 

Alivianando la piel de la espera.

 

 

 

“Siento que llevo encima muchos cuerpos
disfraces que cambian con la luna.
Algunos tienen una sed insaciable de amarte
otros buscan cada instante perdido
para ser poseídos por cualquier extraño.” ~ Manuel Adrián López

 

CUÁNTAS VECES HE IGNORADO

el pálpito firme de los nombres.

 

En la sonoridad de la arena,

en el eco de la caracola rumiante.

 

Tan solo son nombres, me repetía al oído,

de intérpretes al azar.

 

Piel azotada en las distancias.

Idilio en el intercambio de una necesidad sonámbula.

 

No son más que sábanas arrugadas en el ocio.

Detenidas.

Pusilánimes.

Desgastadas por el tedio.

 

Semblantes que conversan en la hendija de mi nombre.

 

Estoy cansado.

 

Absorto de tocar la imborrable tez de sus arrojos.

 

 

HE DE CONOCERTE EN EL DÍA,

cuando los gorriones hayan dejado de borbotear en sus nidales,

 

La nieve dejará de entibiar las frustradas cumbres.

 

Será uno de esos días,

donde todo tenga el significado de no encontrarme.

 

Bostezar al ambiente.

 

He de conocerte en el día preciso,

cuando acune cada uno de tus lamentos,

tranquilice tu mal humor,

revista tu piel acoplada a la mía.

 

Será en ese día,

cuando reconozca tu nombre,

tú sabrás el mío en el cosquilleo.

 

El día terminará,

indicando la carcajada de nuestras fauces.

 

Dormitando en el vaivén de los años por venir.

 

Culminará el día,

ese día.

 

En que dejes de ser y estar presente,

iniciará el tiempo de la puesta.

En el instinto y el júbilo estarás ausente.

 

Es así,

deberá de ser cursado el vertiginoso pasaje,

para la trascendencia, para la conclusión.

 

Conocedores de que el último día llegará

sabremos despedirnos con el viejo abrazo,

chocaremos nudillos y muñecas.

 

Todo esto será olvidado.

Nadie nos recordará.

Cruzaremos a codo el umbral de los designios.

 

Pero eso sí,

reencontrados

en las antiguas tierras.

 

 

 

David Sánchez Santillán (Quito, 1981). Es Abogado y Doctor en Jurisprudencia. Es Magíster en Derecho Ambiental y Desarrollo Comunitario. Fue miembro del Taller Literario “Nueva Generación” en la ciudad de Quito, 1996.  Fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía “Gonzalo Escudero”,  Sociedad Ecuatoriana de Escritores, 2004. Ha sido Invitado a participar en el Encuentro Internacional “Poesía en Paralelo 0”, 2011; y al “Festival de Poetas”, 2014, Casa de la Cultura “Benjamín Carrión”, Núcleo de Loja.  Consta en Antologías Nacionales y Extranjeras. Ha publicado El Origen de los Rostros, 2010;  El Nublo de la Escardonia, 2012;  Sempiternal, 2015; Dans Le Noir, 2016;  y El Revés en el Espejo en co-autoría con el poeta Cubano-Americano Manuel Adrián López, 2017.