Al poeta y profesor peruano-español Alfredo Pérez Alencart le han publicado recientemente esta torrencial antología de poemas amatorios: Una sola carne; compilada por la antóloga y profesora de la Universidad de Bucarest, Carmen Bulzán, editada por la Diputación de Salamanca, e ilustrada por las artes del pintor Miguel Elías. Este libro reúne la poesía amorosa del autor, varias décadas de textos que ya han visto la luz y muchos otros inéditos, más de cien poemas nacidos de un corazón apasionado cuya musa lleva nombre y es su compañera de vida y de versos, Jacqueline Alencar Polanco. Hemos hecho para Metaforología Gaceta Literaria una selección mínima (12 poemas) no por ello menos intensa y dedicada de esta antología, donde el lector podrá elevarse ante lo que atestigua el pecho cuando late por el cuerpo del ser que lo completa; entregarse al éxtasis del abrazo interminable donde amado y amada vuelan, bullen, sueñan, se agitan, se contemplan en el ojo divino y el ojo del mundo. Una mística clásica y contemporánea como orquídea abierta al misterio sensual y erótico es la poesía que aquí se desdobla, se estira, se ensancha, se nos contagia deliciosamente desde una sola carne a la carne de todos. ~ Ana C Blum (Editora)

 

 

 

UNA SOLA CARNE
Alfredo Pérez Alencart
(Antología amorosa 1996-2016)

 

 

EN NADIE QUE NO SEAS TÚ

En nadie que no seas tú
acomodo mi cuerpo para la vida
que cae como una hoja
de otro otoño,
encanto
si nos hacemos una sola carne
y somos fuertes
mordiéndonos los labios,
sin límites
por estos páramos distantes.
Tu nombre
crece siete veces siete
y hago cuentas sin dividirme de ti,
acariciando tus estaciones
hasta hacerme viejo
recibiendo tus dádivas,
moldeando nuestra carne
hasta que alguna vez se torne
una sola alma.

 

DÉJALA SER

Déjala ser
a corazón abierto,
sin metáforas.
Que te ame
sabiendo de tus pobres
bolsillos
y de la espinosa marcha
que emprendiste
tan solo para libar
un trago de luz clarividente.
Déjala ser ella
misma, sin que nadie
la anuncie.
Déjala ser orquídea
entre los tallos secos
del laberinto.

 

DEVOCIÓN

A caballo
sobre una cabellera
incandescente,
sobre un puñado de
milagros,
yo cierro los ojos
porque la luz desflora
su estatura,
la levanta en vilo
hasta atarle por el aire
entero.
Un cántico
por la fronda del cielo
la vuelve
a las catacumbas
o bajo árboles
de gran temperatura.
Otro mundo aflora
cuando el cetro cruje
y ya no hay quien
frene
mi devoción

 

AQUÍ O EN OTRA PARTE

Con un leño
– y a contraluz de mi sacrificio –
sahumaré misterios.
Sobrepasarán
el gran espejismo,
desclausurada ya la claridad.
Y pisaré otras moradas
en la profundidad
del universo.
Un navío de estrellas
me volverá
en sangre y hueso.
Y aquí o en otra parte
enlazaré mi cuerpo
al tuyo.

 

 

AMADA

Tus labios guardan
la sed de todos los desiertos
que atravesaste
acompañando mi éxodo.
Mujer infatigable
durante el largo viaje,
ven a mí con
tu caravana de ternuras.
Yo lavaré tus pies
mientras unges mi pecho
en la tienda
que levantamos lejos.
Hoy el cielo
cederá su maná
para que no andemos
en ayunas,
y para que por doquier
yo siga pronunciando
tu nombre.

 

PATRIA

He llegado a comprender que
– en este mundo –
mi patria verdadera
la encuentro
en el mapa de tu cuerpo.
No hay más patria
que tu entrega
ni hay más mundo
que este amor.
En la esposa del amor
está la patria.

 

TIBIEZA

Tú eliges la tibieza
de un punto cardinal
y ella suspira hondo
cuando empieza
el conocer,
alongando el índice
que mima
o busca cauces.
Así no quedan pétalos
resecos:
sólo tibios océanos
o la vibrante
espina dorsal de tu
elegida.

 

ETERNIDAD

La eternidad
somos nosotros, mientras
demore su distancia
inconsumida.
Un lento otoño
nos sostiene todavía,
con su antorcha
sobre nuestros cuerpos.
De profundis la
gravitación
de nuestras pasiones
hurgando en el panal
de las sementeras.
El mundo puede ser
un eclipse,
pero la eternidad
somos

 

 

NUBE

Se asiste al ritual del amor
cuando crees reconocer
– en el leve vuelo de las nubes –
rostros próximos al inventario
de tu corazón.
Ahí una nube repentina,
un horizonte a interpretar
si te imanta y extasía.
Y ves el nítido perfil de tu amada,
su idéntica sonrisa de gracia,
el azabache color de su cabellera.
Porque bajo este cielo
es posible trazar una ruta directa
que alcance a los labios del amor.

 

LLEGA, AMOR

Llega, amor,
con el filo de tu ley.
Llega hasta el fondo
de nosotros mismos.

 

HE DE NOMBRARTE, JACQUELINE

Vengan tus besos hasta la alcurnia
de mis llamaradas de amor.
Venga el sagrado perfume
que derrumba mis tristezas
y me alza y me hace partidario
de arrebatos humedecidos
en tus lloviznas de fuego.
Vengan tus tersas manos
a recorrer laberintos
del deseado sudario del éxtasis.
Venga el feliz renacimiento
que inventamos los dos
para volcarnos en abrazos,
carne con carne, ofrendados
ambos al eje del amor.
Vengan luces u oscuridades,
veranos, otoños o inviernos
sin distinción alguna: siempre
te reconoceré como radiante
primavera de mi corazón.
Venga la revelación de la princesa,
pues presto a sentir a nuevo, impelido
a vivir encendido entre tu piel,
extiendo el soliloquio y te descubro,
y te nombro, mi electa Jacqueline.

 

 

POEMA FINAL

La mujer del poeta no tiene sosiego,
sabe de fábulas que nunca terminan,
de sueños azules turbando los días,
se duele de veras de ingratos amigos.
Vuelve el poeta, intuye unas lágrimas
y con voz cálida le dice ‘te quiero’
recitando en su vientre odas benditas.
Y brilla la casa y cuida a su niño
y va leyendo un clásico latino,
y añora, Señor, todo lo suyo,
la familia, el río, las hojas caídas.
De nuevo su vida recobra la gloria,
prosigue su amor desafiando tormentas,
pidiendo tan solo al Dios del destino
que crezca su niño y se haga poeta.

 

Alfredo Pérez Alencart. Poeta y ensayista peruano-español (Puerto Maldonado, 1962). Desde 1987 es profesor de derecho del trabajo de la Universidad de Salamanca, en España. Desde 2005 es miembro de la Academia Castellana y Leonesa de la Poesía. De 1992 a 1998 fue secretario de la Cátedra de Poética Fray Luis de León, de la Universidad Pontificia de Salamanca, y desde 1998 es coordinador de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos, que anualmente patrocina la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura, en colaboración con la Fundación Camino de la Lengua Castellana. En 2009 recibió, por el conjunto de su obra, el Premio Internacional de Poesía “Medalla Vicente Gerbasi”, otorgado en Caracas por el Círculo de Escritores de Venezuela. En poesía ha publicado La voluntad enhechizada (2001), Madre selva (2002), Ofrendas al tercer hijo de Amparo Bidon(2003), O feitiço da vontade (2004), Pájaros bajo la piel del alma (2006), Hombres trabajando (2007), Cristo del alma (2009), Estação das tormentas (2009), Oídme, mis hermanos (2009), Savia de las antípodas (2009), Aquí hago justicia (2010) y Cartografía de las revelaciones (2011). Libros o poemas suyos han sido traducidos al alemán, inglés, italiano, portugués, árabe, serbio, francés, hebreo, búlgaro, vietnamita, holandés, ruso, japonés, estonio, croata, indonesio, rumano, filipino y coreano.

 

 

(Pinturas Miguel Elías)