Una sed de milagros
POEMAS DE WALDO GONZÁLEZ LÓPEZ
CASABLANCA
Él y Ella penetran en su mundo.
Surgen translúcidos
en el viento de la noche
y luego parten entre las brumas.
Ignoran que todo se perderá
según pasan los años.
Avivan el fuego que los consume
y más tarde los convertirá
en cenizas entre el polvo,
acaso ya sólo recuerdo
de estas horas irrepetibles.
ERAS
Y un hálito de nostalgia
te agredía entonces,
dejándote en vilo
frente al abismo de un tiempo
indetenible.
Y eras de pronto
un duende de rarezas y misterio,
donde recalaba toda la ausencia
del frágil otoño,
la inclemencia de tu gesto vago,
hacia parajes entrevistos
entre la niebla feroz
de la melancholia.
PERO
El amor no era todo,
pero casi…
¿Y la ternura?
¿Y ese mirar entre sombras?
¿Y su voz
rescatándote de la noche
y sus escombros de leyenda?
BOCETO
Una suerte de alegría aliada a la nostalgia,
un bosquejo del azoro cotidiano.
Un nuevo rumbo para el sueño,
una pena que ya se aleja
entre la solitaria bruma.
Una querencia como la trágica
sonrisa de los pobres.
Unas pupilas que se quedan sin remedio
aferradas a un tiempo tenaz,
inesperado.
Unas manos que te alumbran bajo la piel,
un irse quedando en el recuerdo.
REINO
Una sed de milagros
me calma la fatiga del mundo.
El recuerdo, como una tela rasgada,
entre los senderos del sueño.
La vida se ha instalado
con su fuente de premoniciones,
con sus mentiras como verdades.
Ya no estamos allí,
pero aún somos los mismos.
Ya no queremos ser otros,
pero todavía soñamos aquel reino.
RAÍDAS BANDERAS
Algo se nos ha roto allá dentro.
¿Qué no funciona entre la urdimbre
del pecho y sus caminos?
Queda acaso la ilusión,
esa vieja dama que dormita
y a ratos sonríe melancólica.
Aún cruzan los gestos
que volaban en el alba
como raídas banderas.
(Una música descompasada,
seguirá escuchándose
interminablemente.)
Waldo González López nació en Las Tunas, Oriente, Cuba (1946). Es poeta, ensayista, crítico teatral y literario. Es periodista y promotor cultural. Reside en Miami desde el año 2011.