La Puerta del Poema
POEMAS DE LIYANIS GONZÁLEZ
XII
y ahora
que resurjo
como tantas veces
en mis papelitos
gastados
sin un sólo pacto
de esta carne ceñida
me desnudo los pies
con vehemencia
contrito
como muestra
de escarnio
de pudor
de triunfo
hojeo poemas
sin mutación
de ánimo
en esta habitación
inerme
marchita
este abismo de espanto
donde antes
y siempre
oscurece mi tiempo
(De Papeles nocturnos, inédito)
Línea de sueño
Voy desprevenida hacia la luz
sin inventarme
Llevo prisa
tiemblo
Fantasmas coloridos
en el pasado lamoso de los trenes
despiden mi mirada de musgo
Cúmulo de estaciones
alborean un canto lunar
Centellea la noche
su abanico de humo
Me distancia el rumbo
un rostro aciago tras la niebla
Quejidos de silbato
Exilio
Cierro la puerta del poema
Luz en la luz
poblaba
la mariposa de mi espíritu
Cuando vuelva a mi nombre
heredaré la intemperie de las ataduras
caerán los panes y los peces
por agujeros de hambre
Coseré mi cuerpo a sus molduras
y en algún tejido viejo
bordaré unos velos como alas
Fingiré la distancia en que divido
la huella más honda de otra carne
la carne más honda de otra huella
Cambiaré la rosa por los nardos
La llaga sanará en su propia sangre
Otros nombres habitarán el silencio
(De Cambios de nombre, 2012)
He querido ser mi isla impenetrable
cada barco azul
cada mar costa
La noche ha sido mi fatiga
Se detienen las manecillas
de mi brújula
en el fondo
Mi navío se orilla
mira el canal donde los puentes se queman
no hay estelas
ni signos
ni aguas limpias
La voz de los hombres emana
donde se abren las piedras
El viaje se espesa ante la tierra
En los petreles que al viento abren los ojos
las alas golpean
en mi cuerpo
una lluvia de escamas
Tribulación
Allí queda mi fuga
Teñida la víspera
en la tempestad del vaso que envejece
Ala que sale del pecho
hinchada del viento
de la luz
del océano a la página
En la garra del vuelo
En las manos de la noche que quema
La carne ansía las almendras
moldura que el hombre parte en su cáscara fangosa
en la incesante cruz de los atisbos
La carne es posterior a toda muerte
hasta la que dios quiere
y rehúsa
en el signo del centro de su ojo
La carne es carne
no un guante estéril
no una vasija revirtiendo piedras
Yesca en volumen de triunfo
en zumo violáceo
Penetradora de otra carne
Surtidora de otra carne
Arcilla negra de altivez rosa
(De Cofre de alquimias, 2008)
LIYANIS GONZÁLEZ nació en Pinar del Río, Cuba 1971, y reside en Ecuador por 20 años. Cursó estudios en la Escuela Vocacional de Artes de su ciudad natal y en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. En la actualidad es profesora de literatura del Colegio Americano de Quito. Entre sus publicaciones literarias se encuentran los libros de poesía: Estaciones de sombra (2005), Cofre de alquimias (2008) y Cambios de nombre (2012). Sus textos han sido publicados en las antologías extranjeras, Poetas hispanoamericanos: Cascada de flores, 2008, Chile. V Festival Internacional de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño, 2012; y V Encuentro Internacional Paralelo Cero 2013, ambos en Ecuador. Poemas suyos han sido traducidos al inglés y portugués; y aparecen en revistas literarias internacionales como: Cauce, Cuba, 2005; Letralia, España, 2008; Rayentrú, Chile, 2008; Revista La Otra, Ecuador 2012; y Conexos, Estados Unidos, 2013 y 2014. Al momento tiene escrito el poemario inédito Papeles nocturnos.
A PROPÓSITO DE LA OBRA DE
LIYANIS GONZÁLEZ
Sobre Estaciones de sombra, 2005
“Poesía que vislumbra el tránsito vivido por Liyanis González entre la realidad de la muerte y la realidad de un vacío transformado en asombro, en trances huidizos. Discurso coherente a una madurez reflexiva sobre el tema de lo insondable. Descripción específica de instantes monologados por un yo acusador. La terminología sostiene el laberinto y, el dolor que no renuncia a la presencia de quien “asoma del otro lado del eco”. Elementos que habitan en la palabra meditada; en la voz que deja huellas. Vuelos que conducen a sondear enigmas.”
Nelly Córdoba Aguirre
Poeta, narradora y catedrática ecuatoriana
Sobre Cofre de alquimias, 2008
“Si la poesía es la expresión más sublime de lo existente, porque recoge esa simbiosis de sentimiento y pensamiento de quien la crea y la dice bellamente a través de la palabra, la obra de la poeta cubana Liyanis González es el ejemplo cierto de ello. Poesía de profundidades, de alto vuelo lírico, de verdadera manifestación estética, en donde la autora traza un mundo unidimensional, a través del que recorre su propia existencia, mediante la aprehensión vital, lúdica, imaginativa y límpida, de la existencia real de los demás y de todo lo que inevitablemente le circunda, siempre en un tiempo presente, en el que la nostalgia principalmente es un motivo recurrente que imprime aliento y sonoridad en cada uno de sus poemas.”
Simón Zavala Guzmán
Poeta y ensayista ecuatoriano
Sobre Cambios de nombre, 2012
“Este poemario es un campo de amapolas azules bajo la noche lezamiana. Una sola noche insular, suficiente para la transubstanciación. Una noche anterior a la muerte y a todas sus denominaciones. No hay búsqueda ni hallazgo; hay, la genuina sustancia con que la poesía sublima las cosas, se posa sobre ellas, las hilvana, las humaniza en su sopor cotidiano. La voz de Liyanis González asusta en sus versos. Asusta la madurez con la que toca y depone y modula, y acaso intenta acariciar exilios y bosques y muros, y el hambre y la soledad de las aguas, como una “distante imagen que se orilla”.
Liset Lantigua
Poeta y narradora cubana