La vida corriendo en tus poemas

METAFOROLOGÍA PRESENTA:

DIEZ POEMAS DE EDWIN MADRID

 

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Érase una vez en que
la tierra fue una media naranja
sostenida por cuatro elefantes
parados sobre una gigantesca tortuga
nadando en un mar de leche
luego
atribuyéndole la forma esférica
se creyó haber descubierto la verdad
mas hasta ahora
las pruebas obtenidas al respecto
únicamente confirman
que la tierra es una hermosa mujer
de la vía láctea
detenida un instante
en el sistema solar
para disfrutar de los baños de luna
los viajes de circunnavegación
como el empezado por Magallanes
y concluido por Sebastián De Elcano
ratifican que después de navegar
por la cintura femenina más exótica
inevitablemente se vuelve al mismo ombligo
claro, existen casos
como el de Colón que cautivado
por el movimiento de sus aguas
se desvió por una pierna
y tuvo que descubrir América
los geógrafos aseguran
que se trata de una mujer 10
por la forma siempre circular del horizonte
y la sombra que sus senos proyectan en el satélite
de otra manera ―agregan―
no podríamos explicar por qué el legendario Neil Amstrong
al pisar por primera vez la superficie lunar dijo:
tengo los pies en la luna
pero mis ojos están sobre la tierra
y regresó para morir aquí como todo buen cristiano.

 

NOVIEMBRE DEL 2011, EN ALGÚN LUGAR

Tocan la puerta.
—¿Quién es? –pregunto.
—Soy yo –respondo.
Abro y me veo diferente.
—Tanto tiempo –digo–, me alegra
que sigas escribiendo.
—Ya no son poemas encendidos.
—No importa –dice–. Ahora tienes
la vida corriendo en tus poemas.
—Mi vida no es poética –contradigo.
Me brillan los ojos, el mismo brillo
de hace treinta años.
—Eres un muchacho hermoso –dice.
—Soy un viejo comemierda –dice–. Solo
tengo el relámpago de lo que fue mi vida.
Cámara lenta dejándome el goce de
la música.
—Hablas como un viejo –digo.
—Acaso no lo soy –digo.
Es mi homenaje a la luz de las mujeres
que no tuve y que hoy te acompañan.
—No –dice–, si nunca se fueron de tu lado.
—Eso –digo–, ahora hablo con el ángel
que me cuida y me protege a cambio del oro
de mi corazón que entrego sin restricciones.
50 años no son muchos –dice-digo–,
abrazando al joven visitante.

 

LAS ENCANTADAS

Son erupciones volcánicas aparecidas en el mar.
Superficies rugosas, calcáreas y negras, cicatrices del tiempo.
Al principio no existía vida, entonces llegaron las aves y
depositaron semillas incluidas en su excremento o en el fango
adherido a sus patas, otras pepitas resistentes al agua llegaron
por el mar desde el continente suramericano, troncos flotantes
que transportan iguanas, tortugas que emergieron del mar
y se convirtieron en gigantes terrestres, animales habituándose
al alimento hallado en las islas. La ley del más fuerte.
Fue la selección natural.
Galápagos está a mil kilómetros de mí, pero a los dos
nos atraviesa la línea equinoccial. He escuchado relatos
de bucaneros y filibusteros atracando en ellas,
mas no conozco Galápagos.
Sitio de naturalistas, alemanes locos, que se refugiaron
y pelearon contra la naturaleza y contra sus almas.
No conozco pero imagino si Gauguin, en vez de Tahití,
llegaba a Galápagos: la vida reptil y el siseo retratados
con retorcida, doblada y petrificada lava negra
dando lugar a saurios antediluvianos y prisioneros
calcinados en medio de una rala y esquelética maleza
como si hubiesen sido quemados por un rayo.
Todo bajo un cielo bochornoso y encapotado en el que
despuntan conos volcánicos, entre los que se deslizan
tortugas gigantes resoplando, o iguanas cruzándose
torpemente como diablillos de las tinieblas.
Pinturas dignas de todos los diablos pero no de Gauguin.
Darwin se sintió atrapado por estos retratos de las Galápagos
Y se adentró en el misterio de los misterios.
No conozco Galápagos, he leído la prosa amenazante
de Melville con grandes cactos, lastre negro poblado
de monstruos y aves color tierra posando sobre su cabeza;
para él los marinos malvados eran convertidos en tortugas,
un archipiélago maldito salido después del final del mundo.
No conozco Galápagos y soy suelo calcinado, lengua partida y escarceada
por sol, la sal corroyendo huesos, roca áspera que repta y atrapa los colores
quietos del monótono horizonte azul, descubrimiento, escondite, agua
chocando contra la creación divina, vida rota, detenida a ristre para
adaptarse a los tiempos. No conozco Galápagos, lenta tortuga contra los
rayos del cielo y las corrientes del mar. Soy roca áspera que repta el suelo
calcinado, corroído descubrimiento de los colores quietos, creación divina
chocando contra la vida, horizonte azul monótono de huesos en las
corrientes adaptándose al sol, escondite detenido al cielo y a sus rayos
calcinados. No conozco Galápagos, soy vida del cielo y del mar, creación
del tiempo, colores ásperos, agua que corroe a los tiempos, divina roca,
lengua de hueso escarceada, descubrimiento de las corrientes que reptan en
horizonte, suelo en ristre calcinado, a los dos nos atraviesa la línea equinoccial.

 

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NI SIQUIERA LA CIENCIA ES UNA VACA SAGRADA

intrigado por la muralla china
dediqué gran parte de mi vida
a su investigación
en el principio
me parecía imposible
que exista
pues con su material
se pudo haber edificado una ciudad
para diez millones de chinos
así motivado por mis cavilaciones
indagatorias
estudié ingeniería civil
obtuve un masterado en construcciones imposibles
dicté cursos
sobre diseños de puentes
conferencias acerca
de la arquitectura greco-romana
pero la muralla china
me seguía despertando a media noche
hasta que decidí
realizar una expedición al tíbet
y palpar con mis propias manos la colosal muralla
a mi regreso
alemania
quiso contratarme
para que reconstruyera el muro de berlín
mafiosos de todas partes
hacían largas colas en mi oficina
esperanzados en mi firma
para la edificación de sus bunkers
mas hoy cuando he descifrado
los misterios de la gran muralla
me despierto
intrigado por los castillos de arena
que mi nieto
construye sobre la playa.

 

POEMA BÍBLICO

mi hermano asegura
que cuando suba a los cielos
san pedro le dará con las puertas en la nariz
y no le quedará más remedio
que regresar a la tierra
esto funcionaría
aunque san pedro
ni se percatará cuando mi hermano
ingrese al paraíso
arrase con el árbol de manzanas
quiebre la vajilla irrompible de maría
se tome unas cervezas con los once apóstoles
y salga por la puerta de atrás
antes de que eva
le declare su huésped.

 

YO NO SOY DE ESTE BAILE

últimamente sueño cosas muy extrañas
sueño que una niña
me lleva por el cuello de arriba
abajo
como si fuera un muñeco
sueño que estoy caminando
en el tejado de los vecinos
y sin darme cuenta piso el vidrio del tragaluz
entonces voy a parar en la cocina
los ratones al verme con la barba quebrada
ríen cínicamente
yo con la sangre entre ceja y ceja los correteo
hasta que cansado despierto en un sillón
y empieza la bendita rutina
la radio dice qué ropa hay que llevar este día
me estiro como tratando de alcanzar el tumbado
bostezo largamente
escucho voces por toda la casa
me mojo las manos
y comienzo el ritual para lavarme la cara
enseguida voy en busca de leche
en un dos por tres estoy en la mesa
oliendo el pan y la mantequilla
hasta que me percato
de que la niña mimada de la familia
se acerca con la intención de atraparme
y dando un salto acrobático
me escapo por la ventana
a pasear en los tejados de los vecinos.

 

MÚSICA DE LA NOCHE

La lluvia se estrella en el tejado,
corre por los bajantes de agua,
es música pesada
que el cielo no pudo contener;
pienso que debes estar durmiendo
pero yo no lo logro sin ti.
Recuerdo cuando colocamos el tejado
para que nos protegiera
de la lluvia y de la noche. A lado,
nuestra hija descansa, también
duerme la gata sobre el sofá amarillo.
Hicimos bien al construir esta casa,
hemos sido felices escuchando
el ruido del mundo y la música de la lluvia.
El agua corre y se apaga en el jardín.
La escucho en la oscuridad y tu imagen me invade,
como si arremolinaras tu cuerpo buscando
protección en el mío. Nos gusta que llueva
cuando estamos en casa. Regresa para que
escuchemos como la lluvia se estrella en el tejado.

 

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NOCHES DE GRANADA

Estoy en Granada
El sol pica la piel y
tu recuerdo pica mi corazón.
¿No sé que hago junto al Lago de Nicaragua?
Es un mar que topa los volcanes
y yo me hundo en las aguas negrísimas de tus ojos.
Voy de isleta en isleta
mirando como viven los nicaragüenses
¿Qué hago en Nicaragua,
38 grados a la sombra,
si mi nostalgia por ti
alcanza los 40 grados en la noche?
Granada,
ciudad de casas azules y verdes y amarillas
e imagino que en aquel patio de paredes rojas
tú bailas y me esperas
mas yo solo
recorro las calles
en busca de una de una lata de cerveza.
¿Qué hago aquí?
Gioconda Belli lee sus poemas
y Cardenal
y otros cientos de poetas
pero ningún poema dice
cuánto te extraño estas noches.

 

TRES AMIGOS

Mi mujer me obsequia tres libros de poemas. Sabe bien
que son poetas que quiero y admiro:

Paul Muldoon, irlandés que conocí en Isla Negra
y aunque no sé ni pío de irlandés y él tampoco
hacía esfuerzo por hablar ecuatoriano,
disfrutamos del vino chileno.

Nuno Júdice, poeta retraído, de buen trato.
portugués que conocí en Brasil bebiendo cachaza.

Y, Vicente Gallego, un español
que lleva aretes y los pelos en punta, con quien
bebí hasta que nos echaron de la Caixa de Madrid.

No he leído la poesía de ninguno
pero me he emborrachado con ellos.

Ahora, con grandilocuencia, leo sus poemas
y mi esposa empieza a preocuparse
por mis amigos imaginarios.

 

SABER QUE HAY UN MAÑANA

Esto de despertarse
y saber que hay un mañana
y mañana al despertar
saber que hay un mañana y mañana un mañana y
pero vos sabes que si despiertas
un lunes
a la mañana siguiente será martes
y el lunes es lunes
y el martes martes
vos sabes que el lunes se trabaja
el martes se trabaja
y los miércoles
y los jueves
y los viernes
pero esto no quiere decir
que todos los días son iguales
porque el lunes es lunes
y el martes martes
aunque los siete días
podrían ser domingo
y el lunes lunes
pero vos sabes
lo que importa es saber que hay un mañana.

 

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Edwin Madrid (Quito, 1961). Publicó los libros: Pavo muerto para el amor (Argentina, 2012), Lactitud cero° (Colombia, 2005),  Mordiendo el frío (España, 2004), Puertas abiertas (Ecuador, 2001), Open Doors (U.S.A., 2000), Tentación del otro (Ecuador, 1995), Tambor sagrado y otros poemas (Ecuador, 1995), Caballos e iguanas (Ecuador, 1993), Celebriedad (Ecuador, 1992), Enamorado de un fantasma (Ecuador, 1990), ¡OH! Muerte de pequeños senos de oro (Ecuador, 1987). Tiene las antologías: Pararrayos (España, 2012), Mordiendo el frío y otros poemas (Cuba, 2010), Mordiendo el frío y otros poemas (Ecuador, 2009) y La búsqueda incesante (México, 2006). El 2004, en Madrid, recibió el Premio Casa de América de Poesía Americana, también alcanzó el Premio Único de Poesía Ministerio de Cultura y Patrimonio 2013, por su libro Al Sur del ecuador, el Premio Escritores Ecuatorianos de los 90, entre otros. Sus poemas aparecen en varias antologías de la poesía contemporánea hispanoamericana: Jinetes en el aire (RIL Editores, 2011), Poesía Latinoamericana hoy (Ediciones fósforo, 2011), Cuerpo Plural (Pre-Textos, 2010), Our Own Words: A Generation Defining Itself (MW Enterprises, 2010), Un país imaginario (Ruido Blanco, 2011), Una alegre gravedad (Difácil, 2007), ZurDos (Paradiso, 2004), El turno y la transición (Siglo XXI editores, 1997). Tiene traducciones al árabe, inglés, portugués, alemán e italiano. Ha sido invitado por las universidades de Cincinnati, Zurich, Viena, Granada y realizado lecturas de poesía en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. En el 2011 fue escritor residente en la Maison des Écrivains Étrangers et des Traducteurs de Saint-Nazaire, Francia. Editor de Poesía completa, español / inglés, de Jorge Carrera Andrade (2003), compiló la Antología poesía ecuatoriana del Siglo XX (Visor, 2007) y Línea Imaginaria, antología de la poesía ecuatoriana (LOM, 2015).  Se desempeña como director del Taller de Escritura Creativa de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en Quito. Dirige la colección de poesía de la editorial Ediciones de la Línea Imaginaria. Al Sur del ecuador es su libro más reciente.

 

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