La Mujer inventa el Mundo
SEIS MUJERES POETAS PARA CANTARNOS HOY
Aleyda Quevedo Rojas (Ecuador)
Lizette Espinosa (Cuba)
Glenda Galán (República Dominicana)
Yosie Crespo (Estados Unidos)
María Ángeles Pérez López (España)
Irma Verolín (Argentina)
¿QUIÉN SOY?
Por: Aleyda Quevedo Rojas
Tal vez la mujer senos de ámbar
y pies helados que escribe versos
para reconfortarse
Más la poesía
solo logra descarrilarme
Como el tren rojo que soy
Ese tren que se abre paso
entre las montañas puntiagudas
y difíciles de algún país
Ese tren que nunca llega
a ninguna estación de humo
Esta mujer que emana voces
Trenes y más trenes
que me esperan
Versos para sobrevivir
¿Quién soy?
Quizá este cuerpo encendido
que aún guarda tus huellas en los pliegues.
AZUL
Por: Lizette Espinosa
Una mujer camina hacia su lado azul,
sus labios escanciaron demasiados veranos
para quedar absuelta.
Una duna en los ojos ha debido ponerla
sobre aviso.
El viento y sus razones.
Una mujer -quizás-
ha debido escapar de sus recuerdos.
Pero calla la duna.
Pero escuecen los labios.
Pero el viento.
MUJER CON SOMBRERO
Por: Glenda Galán
Una mujer
que es astro en la noche,
labios de viva fruta
Una mujer
que es savia
en las venas del silencio
Una mujer
que no se diluye en las miradas
es reflejo del sol, quema
Una mujer así y con sombrero, mortifica.
EL PRIMER HOMBRE FUE MUJER
Por: Yosie Crespo
“Y Dios me hizo mujer, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer” ~ Gioconda Belli
Y me tallaron con ternura y calma
en las horas que adormece
el ave con su llanto.
Fuera de la noche
y en la negrura más grave
nacieron así mis largos muslos
y trenzas largas.
Y consigo,
insinuó el reflejo de la tarde
en mi rostro
y en la algarabía del tiempo
enterró sin darse cuenta la duda.
Que nadie sepa las veces que durmió
sobre mí el demonio
cincelando mi nombre penetrado
de siglos.
Y Dios intacto sobre su luz amarga
decide dotarme de nuevos labios
para entonces vivir contra las aguas.
El primer hombre sostuvo la tierra
con sus manos de mujer
y advirtió una batalla perdida
de antemano.
LA MUJER INVENTA EL MUNDO Y ES AZUL
Por: María Ángeles Pérez López
Parece cotidiano en su simpleza,
su límpida canción de los objetos
en la materia sola y reservada
con que se inicia el tiempo y el ritual
del té que abre su aroma en los pesares
y cancela la historia, los rigores,
los campamentos rojos de la ira.
La mujer inventa el mundo y es azul.
El cruel temperamento del granito
desarma sus moluscos, los espejos
de la roca que se hace maleable
y vuelve migajón las convicciones,
tobillo tan flexible como el agua
que rota sobre sí su levedad.
Y el azul no es del boli de la infancia,
del bic y su costumbre en el oído
sino la sangre entera y persistente
que cosió las alfombras, los pañuelos,
las melfas, las zozobras y caftanes
con flores que olvidaron el cobalto
en su estallido azul contra la muerte;
la misma sangre firme que circula
como un cordón por cosas y personas
atándolas al viento y sus finezas.
Cortesías de apego y de intemperie.
HAY UN VIENTO EXTRAÑO ALLÁ AFUERA
Por: Irma Verolín
Hay un viento extraño allá afuera
que se hace sentir en las ramas de los plátanos
y en el estremecimiento de las cortinas
blancas
de voile.
Un viento, murmura mi madre.
Mi hermana mayor abre la ventana y se asoma
los rasgos de su cara se inquietan.
Es el viento de la Historia que nos viene a buscar
que quiere rescatarnos de este deletreo de lo cotidiano
del barrer cansador
una y otra vez
sobre el parqué que lustraron ayer
y que lustrarán de nuevo mañana
del dos más dos
de los sonidos primordiales de las letras
de la costura en punto atrás
menudita y apretada sobre el calcetín
que pide a gritos terminar en el tacho de basura
el viento
una voz irreproducible que ha estado desde hace siglos
dentro de nosotras
está allá afuera
hoy
vociferando
vociferando
A ellas, las irreverentes, intolerables, imposibles, indisolubles, independientes.
A las hondísimas, complicadísimas, extasiadísimas, seductoras, demandantes.
A ellas, las que ya fueron invitadas al infierno; las que ya pisaron paraísos en la tierra.
~ Ana Cecilia Blum