Soplan huracanes en mi nombre
OCHO POEMAS DE
JAEL URIBE
Tal vez
Al que mira con ojos esfumados…
Un día vendrá mi hijo
y me preguntará ¿Qué fue de la memoria?
Yo, responderé: Se ha ido.
Preguntará por los muebles que tiré
por la ventana
por los miles de lirios invisibles lloviendo de mi vientre,
y el cáliz flotando en el abismo
justo antes de caerme al barranco.
Mariposas de juguetes
y bestias soñolientas
precipitan los silencios,
nunca anidarán sus ojos esfumados.
Me verá a la cara
y sabrá que estoy partida en
tantos amaneceres sin rostros;
rota de rabia en todas las mitades posibles.
La lejanía se nubla tras mis párpados.
La noche comulga amable en mi poema,
en la cara de su nombre
no escrito.
Un día, vendrá mi hijo con sus piernas de escarcha
y temblor en la mirada.
Querrá preguntarme:
-“Mami, ¿Qué fue de mi memoria?”
Yo, responderé lo mismo.
Maldita
Cuando yo nací
debieron arrancarme los ojos justo
donde comienza el negro.
Debieron cerrar las puertas para que mi semilla
no entrara en ellas.
Debieron perderme en los mares
sembrarme los barcos por dentro.
Siempre estoy lista para irme.
Zarpo de nuevo sin pájaros ni recuerdos
para que nadie muera en mi memoria
cuando pienso.
Debieron mutilarle las alas
para que supiera amar recio, como las piedras.
Para que las aves hundidas en mi pecho
se rompieran mar adentro.
Seguro pensó mi madre:
Debimos haberle cortado a salida
a este cuervo.
Pero es tarde,
cargo entre las uñas los ojos desprevenidos
del tiempo y la fuente
que lleva en su vientre la tinta de sangre
con la que escribo este verso.
Soy muda como las gotas de aire
útero resplandeciente
a punto de parir el silencio.
Muelo heridas con las manos
las atrapo en mi carne para llover de nuevo en
las ventanas del pobre
para hacer charcos con sus muertes, vides bajo
mis plantas con las que
brindo por otro sol moribundo.
Debieron romperme por dentro
partirme por fuera,
quemarme la matriz con hielo y cemento;
Pero me dejaron parir este otoño,
llanto negro del suelo y veneno
a costa de mis huesos.
Me llamaron Vida
para que fuera viento y muerte.
Ahora soplan huracanes en mi nombre
no pudieron atar mi palabra cuando se hilaba por dentro.
Lava del amor que renace del amor muerto.
Ahora libran las aves sus pensamientos
con golpes de pecho,
aves que no pueden atraparme con sus
dientes volátiles,
que no conocen el vuelo en mi cuaderno.
Debieron amputarme las piernas
dejarme nacer en cielo abierto
desatando la línea en las palmas de mis manos
por donde caminan mis versos.
Ahora es tarde, reitero.
Mi semilla crece abiertamente en el silencio.
Quimera
Creo en el hombre que me regala piedras
y se olvida de mi nombre.
El que vela en las alambras noctámbulas
donde amanece mi sueño
tendido bajo su sombra.
Amo al hombre que se quema en mis ojos
para que nada crezca y
ninguna otra flor anide en mis entrañas.
Quien sostiene los mares con el peso de sus ojos.
Quien calla huracanes en mi boca
y se hace pequeño entre mis pasos.
Creo en quien vive la mañana sin besos
con la sangre incinerada
de amaneceres rotos,
con la lengua partida en dos trozos de hierro
chocando contra el invierno en mi vientre.
Lo prefiero descalzo de palabras,
mudo en todos los dialectos.
Hijo desnudo del viento y todos los unicornios posibles.
De pie, con el quédate en las manos,
lluvia ardiendo en adoquines incendiarios.
Un hombre como ese
debo hacer con mi lengua,
alfabeto de todos los armarios.
Debo atarlo al rugido de mis piernas y
a las agujetas de mis zapatos.
Grito libertario
Dicen que: gritar, nos hace libres,
que la noche se fuga a su llamado.
Pero a veces se debe gritar de noche
con la luna pausada en la mirada,
con las ganas de huir en los ojos
cortando el sonido de un tajo.
Matar a la pausa diluida en las bocas.
Romper el pensamiento en un canto bajito
desatando en la garganta.
Hay días en que un grito nos salva,
nos libera del hambre tras el hombre,
catarsis de todas las miserias.
Un trueno es el grito perfecto
para ungirnos,
para ser bautizados rebeldes.
Vivir al cobijo de su filo
donde nada ni nadie nos muerda.
Afuera
la vida nos reclama silencio.
El dolor afila su cuchillo
acelerando el paso,
intentando hablar más alto
y las muertas de afuera
entonan este grito libertario
con sus lenguas amputadas y anónimas.
Disímil-es
Todos somos diferentes
si miramos al fondo,
si exprimimos el congelado abismo
que nos une del cuello
para luego separarnos,
si nos brotan las bestias
en lugar de lágrimas
si no vemos por donde caminan nuestros ojos.
Todos somos la muestra
incipiente del abismo
devolviéndonos su mirada de polvo.
A-Juárez
“Por quitarnos todas las vendas”
Empiezo contando tu historia
de pájaros mojados
de ojos cerrados
y sueños inexistentes.
Las nubes plagadas por tu llanto
reflejo de un manojo de nostalgias.
El día, triste y herido,
se fue a dormir la siesta de la tarde
y ya es de noche
no regresa.
La hora maquila la muerte
en su regazo.
¿A dónde van las arañas
tejedoras de campanas en tu vientre?
Escarbo en la arena tu apellido.
Tu sonrisa de mar
se hunde en una mueca redonda
que ya he visto en demasiados silencios.
La mano ocre de la prensa
baila sobre tu tumba
entonando un verso,
y todo comienza ataviado de fiesta,
con las bocas públicas
vendidas a escondidas
sin haberse abierto nunca.
Es que todo comienza por tu historia,
por los A-Juárez tatuados
en las pieles de polvo,
por las primeras páginas mostrando
cruces rosas
hundidas hasta el cuello.
Todo acaba en el principio
donde naces,
donde brotan las flores
presas de la memoria
completamente desnudas y atónitas.
Toda historia de odios y exterminios termina
cuando tu sombra atraviesa la puerta,
y empieza a andar la nuestra.
El silencio de las piedras
Una mujer
se abraza a la tumba de arena.
Su verbo, grito insepulto.
Sus manos raíces de bocas sedientas
beben el corazón del viento.
Mujer ocaso
semilla-madre
piel oscura del relámpago.
Aferrada a las nubes
para lloverse a sí misma,
implorando en el suelo penitencia.
Mujer roca.
Mástil de la noche
inquieta en su garganta.
Baila en su fosa de arcilla.
Sostiene en la lengua la palabra
flor perdida en sus labios entreabiertos.
Mujer, pluma.
Herida.
¡Trina en el útero del aire!
donde sólo las piedras reclaman su nombre
ave diurna clandestina
viajando libremente al universo.
Mujer, donde se acuesta la aurora
tras el péndulo neutral de los párpados.
Reniega al mutismo del poema,
al grito del puño más fuerte.
Tu miedo dispara sueños de lluvia,
avatares corrompidos por silencios.
Mujer malva, omnisciente.
¡Alabadas y benditas las piedras! que maldices
con tu verso libertario,
trasmutando los golpes en Libélulas.
¿Ahora?
Para A.
Su vida se detuvo entre mis huellas
invitándolo a caminar en retorno.
Piensa que pudo ser diferente,
ahora que florece el milagro en mis altares
y su plegaria es de barro.
Viene a mí de espaldas
reforzando los destrozos
de un suelo ajado de tragedias
y retornos.
Siente que ahora es más fácil
porque solo me toca el dedo del viento,
porque las únicas flores que he visto son las suyas y
crecen muertas en mi vientre.
Sus espinas aún me crecen por dentro
devorando su recuerdo.
Suenan piedras, en su cabeza inútil.
Los búhos del huerto anidan justo donde
la cordura salió corriendo y abandonó sus sueños.
Porque tiene alas, eso piensa.
Porque carga dos pelotas de barro entre los sesos
justo donde murió mi recuerdo.
Cree que puede, que tiene el derecho de atravesar
el espejo y salvar al mundo con
el veneno en su esperma
plagado de niñas muertas.
Cree que conoce de universos
de pasos astillados dejados a un lado del camino
porque han tenido bastante del polvo.
Ahora que aprendí del otoño la ruta y
mis sienes se alimentaron con su llanto,
reconozco que el laberinto de sus pies
en mis zapatos se esfuma,
no me lleva a ninguna parte.
Jael Elizabeth Uribe Medina mejor conocida como Jael Uribe (Santo Domingo, República Dominicana, 10 de Febrero del 1975) es una escritora dominicana activa también como poeta, narradora, diseñadora gráfica y artista plástica. Se le considera iniciadora del movimiento poético femenino «Mujeres Poetas Internacional» (MPI) y la principal promotora del Festival Internacional de Poesía Grito de Mujer, celebrado en varios países en homenaje a la mujer y contra la violencia.
Se graduó en Artes Publicitarias en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Escribe poesía y narrativa desde temprana edad y se ha dedicado al desarrollo de proyectos culturales que promueven la poesía contemporánea femenina a nivel internacional, como los concursos de poesías para mujeres; convocatorias, antologías, recitales, en todas sus propuestas se enfoca la temática de la mujer y los temas de no violencia. Su labor más destacada ha sido la creación del Festival Internacional de Poesía Grito de Mujer, que sirve de plataforma de lanzamiento para poetas noveles de calidad, y de apoyo a poetas de mayor trayectoria en su promoción internacional.
Es autora del poemario De la Muerte al Fénix, compilación que reúne su poesía hasta el 2014. Publicado por el Ministerio de Cultura Dominicano y la Dirección General de la Feria de Libro de Santo Domingo con motivo de la celebración de la XI Feria Regional del Libro de la provincia Hato Mayor, en la República Dominicana.
Ha colaborado junto a otros escritores en publicaciones colectivas como la Antología 116 Poètes D’un Autre Monde Pour La Défense De L’écosystème Planétaire (Paris, Francia) 2013; Antología en inglés Short and Twisted (Australia) 2013; Antología de Sonetos Siglo XXI (República Dominicana) 2013; Antología Anónimos 2.0, Festival Internacional de Poesía Cosmopoética (Córdoba-España) 2012; Mil Poemas a Miguel Hernández (España) 2012; Mil poemas a Pablo Neruda (Chile) 2011; Antología Mil Poemas a Cesar Vallejo (Perú) 2011; Antología Poetas de la Era (Volumen 1) 2011; La palabra Revelada/Revelada: El poder de contarnos (USA, NY) 2011; Antología de nano-poemas Proyecto Expresiones (Venezuela) 2010; Antología Canto de sirenas (México) 2010; Antología En Audio 7 Mujeres Una Voz, Círculo de Escritoras Dominicanas 2010; Antología Internacional de Poesía Amorosa (México, Perú, Ecuador) 2006.
En el 2017 recibe el premio “Freedom of Expression Award 2016” (Ytringsfrihetsprisen), otorgado por la Unión Noruega de Autores con el aval del Ministerio de Cultura de Noruega por su labor como gestoral cultura y activista a favor de de la mujer.
(Fuente: https://es.wikipedia.org)