Entre dos fuegos ando
10 POEMAS INOLVIDABLES DE
FERNANDO CAZÓN VERA
Colaboración de Xavier Oquendo Troncoso
Fernando Cazón Vera no solo es poeta: camina como poeta, tiene cara, facha, rostro de poeta. Es como que la poesía está más allá de su lógica de ser humano: su homologicus. Como que él sabe que los versos son parte de su riñón, o son su riñón mismo o un lunar, una sonrisa más, una lágrima menos. Es como que Fernando sabe que escribir es un ejercicio obvio y normal de los seres humanos. Es como que Nani Cazón se las ve fácil, con la poesía, frente a la vida. Para él no es nada ni de este ni del otro mundo, es solamente un ejercicio cotidiano: respira, come, duerme, ama, lee, ha reproducido la especie, se ducha, se bebe un trago, mira el mundo y escribe, porque así es su naturaleza. Y así son sus básicos instintos. Este fenómeno no lo tiene cualquier poeta.
Desde 1952 ya se leyeron sus primeros versos extraídos de la madurez de un adolescente con rienda total hacia la poesía. Es un maestro en la versificación, el verso libre y en las formas más vanguardistas y renovadoras de la lírica. Enorme cultor del poema total. Poemas casi sentenciosos, casi parábolas, en muchos casos, con un manejo extraordinario del humor, del absurdo y las emociones. En otros casos, poeta de la más honda y ancha rama filosófica. Poesía que dice, que asombra. Poeta y poema van de la mano: más de 60 años de trabajar el poema con una humildad sorprendente y genuina hacen del gran maestro Fernando Cazón Vera uno de los poetas vivos más importantes del Ecuador y de nuestra patria del Español. ~ Xavier Oquendo Troncoso
MANICOMIO
Los locos se graduaron
de napoleón el uno
la más bella de Ofelia
y el orate mayor
llegó a ser general
después de derrotar
a sus molinos
el más humilde se gradúo de perro.
Otro llegó a ser nube
para poder besar a la jirafa.
Pero, cosa rara,
habiéndolo podido
nadie quiso ser Dios.
EL INEXISTENTE
El que no tiene un nombre que ponerse
un hueso para roer
El que anda
prestando sed para tomar sus aguas
pidiendo un ojo en que llorar su llanto
mendigando su pan con otras hambres.
El que no tiene desnudez. Y en cambio
tiene un lunes después del otro lunes.
El que se fue para volver. Y ha vuelto
con una lluvia menos
El difunto
al que enterraron sin ningún cadáver
HOMERO
En el país de los ciegos
El poeta es el rey.
LA POESÍA
No importa lo que la piedra
como piedra pueda darnos.
Importa lo que la piedra
pueda darnos como cielo.
ALTERNATIVAS
Camino entre dos aguas
la del sediento
la del ahogado.
Entre dos fuegos ando
el del constructor
el del incendiario.
Voy entre dos amores
el del amante
el del despreciado.
Entre dos vidas muero
la del poeta
la del condenado.
EL AFORTUNADO
Quién tiene un ojo que no le sirva,
una oreja que le sobre, quién tiene
un mes de más en su almanaque,
una hora inservible en sus relojes,
quién respira dos veces y vive
y sobrevive una única vida, quién
copula fielmente su bigamia, quién
se hace trampa y nunca se sorprende,
quién tiene un muerto que todavía lo ama
sin tocarle los sueños inminentes, quién
cabe a la vez en dos lugares diferentes,
quién ha dejado de morir su parte menos útil,
quién, en definitiva, gana la mesa
sin tirar los dados.
FORTUITO ENCUENTRO
Y cara a cara me encontré con ella
como en un “vis a vis” inesperado
creo que llevaba un rostro diferente
que por una emergencia le prestaron
y un cuerpo hecho a medida de mi cuerpo
y una mirada que no supo dónde
poner. Una mirada tan siniestra
Pero, que nos conocimos está claro
y como dicen que el que calla otorga
pues yo no le dije que esta boca es mía
y ella rompió el silencio preguntando
por el crimen que juntos cometimos
también por el cadáver, por supuesto,
pues que si aquí lo puse no lo encuentro
y allí le contesté que en un crepúsculo
base yo mi estratégica coartada
y ella me preguntó por mi familia,
por el sobrino crápula y el tío
que vivió de “cuentero” hasta esa noche
en que se suicidó por una arpía
y yo le contesté, como en revancha,
por su quinto marido, el industrioso,
que quiso quebrar su fábrica de hielo
(una quiebra ficticia) con un fósforo,
y por su padre que cambió de sexo
para ejercer la profesión más vieja
y por su madre que colgó los hábitos
al cerrar el burdel. Y se hizo pía.
y por su hermano el incestuoso. En fin
fueron gratos recuerdos de familia.
Después nos despedimos con un beso
que ya se lo quisiera el mismo Judas.
Ella siguió de largo. Era la misma
que me indujo a estafar a tanta gente.
Muy poco había cambiado. No tenía
ya los colmillos de una vampiresa.
De mi ojo izquierdo se rodó una lágrima
digna de un cocodrilo. Eso fue todo.
LA PARÁBOLA DE LA MÁSCARA
El pájaro se puso la máscara,
la máscara se puso el pájaro,
el pájaro y la máscara se pusieron entre sí
pero el pájaro no era máscara
el pájaro era pájaro y nada más
el pájaro era pájaro y mucho más
y la máscara después fue nube
y fue cielo
y fue árbol
y fue la manzana de ese árbol
la máscara fue hombre también
y fue la mujer de ese hombre
y fue el hijo de ese hombre y esa mujer
la máscara podía ser cualquier cosa
incluso la máscara de otra máscara
el pájaro ni siquiera podía ser hombre
el hombre ni siquiera podía ser pájaro
pero la máscara sirvió al hombre
y al pájaro y su pájara
y a la mujer del hombre y de ese pájaro,
y al hijo del hombre y la mujer,
del pájaro y la pájara
al hijo que no pudo ser lluvia
ni árbol, ni montaña,
pero la máscara les sirvió a todos
sobre todo al hombre mirado por el hombre mismo
y mirado por Dios y por la máscara de Dios
o por las máscaras de muchos dioses
hasta el día del Juicio Final
en que todos, sin excepción,
se sacarán las máscaras.
CASI
Tú no tenías nombres
y acaso para amarte
tampoco hacían falta las palabras.
Tú tenías dos ojos
dos pechos
y dos manos
una mitad de tacto
y otra mitad de luna
Y yo te amé por esa simple
necesidad de amar todos los días.
Pero una vez
te fuiste con el viento
y quedó solo
tu mitad de luna
DESPEDIDA
Amor ya no me sirves
no me sirves de nada si estás viejo
mejor dicho los dos estamos viejos
y los polos iguales se repelen
irremediablemente
como afirma la física implacable
amor de flor y espina
del revés y el derecho
amor de sello y cara
en la misma moneda de dos lados
que usé ya tantas veces
dando y dando
con la necesidad de ser amado
que repetí incansable y recurrente
en idénticos días con sus noches
fueran pares o impares
sean claros oscuros o radiantes
sean lo mismo que son o que ya han sido
amor ya desgastado como un diente
que me llenó de júbilos y penas
de risas y de lágrimas
de cartas con mi firma y anónimo infames
de acrósticos ridículos y rimas consonantes
amor de lo sublime a lo sagrado
de lo torpe a lo cursi
te pongo de patitas en la calle
te expulso de mi vida simplemente
te saco de mi texto y mi contexto
para tratar entonces de algún modo
de hacerte parte del más largo olvido
que si te vi una vez ya no me acuerdo
no te conozco no te necesito
de filo de perfil de cuerpo entero
te declaro indeseable
no compatible no hecho a mi medida
no apto para la edad que me consume
(prohibido para mayores de ochenta años)
en fin que tantas cosas que se digan
solo me servirán para expulsarte
del viejo paraíso en que vivimos
con el ojo de dios en un costado
y el diablo en el otro
te tiraré la puerta en las narices
igual que la pedrada en ojo tuerto
y si me quedo solo indivisible
igual que algún asceta en la montana
o en una isla del remoto océano
por respeto a este nudo que hoy desato
y al pasado en que fuimos inocentes
pero también culpables
jamás voy a injuriarte o calumniarte
peor darte consejos o sentencias
o profecías que jamás se cumplen
simplemente te digo que te vayas
que no vengas de nuevo con tus cuentos
con verdades a medias que me esconden
y mentiras piadosas que se usan
si a la oportunidad la pintan calva
menos con esos cantos de sirena
que me obligaron a amarrarme al viento
es que ahora en muy tarde
y tengo que escribir sobre otras cosas
saliendo de estos versos intimistas
que en verdad ya no sirven para nada
que son un bla bla bla sobre el vacío
y que serán leídos si eso ocurre
con tanta indiferencia
como se oye llover
amor te dejo
metido en tu camisa de once varas
Fernando Cazón Vera (Quito, 1935). Ha sido periodista profesional desde hace más de cincuenta años: Editor de varios periódicos (La Nación, La Hora, La Razón, Expreso y Extra) y subdirector de dos revistas (Reportaje y Ariel). En la actualidad es columnista de los diarios Expreso y Extra, de Guayaquil.
Comenzó a publicar su obra literaria a partir de los años cincuenta. Fue integrante y secretario del grupo de intelectuales guayaquileños más destacados de esa época: “Horizonte”. Es autor de algunos libros de poesía. Sus títulos son: Las canciones salvadas, El enviado, El extraño, La misa, La guitarra rota, Poemas comprometidos, El hijo pródigo, El libro de las paradojas, Este pequeño mundo, Cuando el río suena, A fuego lento, Este amor también llamado muerte, Del amor solamente, El cuento del gallo pelón (poesía infantil), Relevo de prueba, La sombra degollada y Cartas sobre la mesa.
Ha recibido varios premios en concursos de poesía: En 1952 y 1953, ganó los Juego Florales Vicentinos; en 1954, el Festival Universitario de las Letras; en 1966, el Primer Concurso Nacional de Poema Mural; en 1976, el Premio Único de Poesía en el Concurso Nacional de Literatura convocado por la Universidad Central con motivo de su Sesquicentenario. Ganó en España el premio “Conrado Blanco”. El Municipio de Guayaquil lo condecoró por dos oportunidades con la presea de oro “Al Mérito Literario”. Recibió la Lira Poética de la Asociación de Periodistas Guayaquil. Fue condecorado por el Congreso Nacional con Medalla de Oro. La Matriz de la Casa de la Cultura Ecuatoriana publicó una extensa antología su Obra Poética (1958- 2000), en la colección “Poesía Junta”, que incluye a los poetas contemporáneos más notable del Ecuador que han publicado obra lírica luego de la generación “Madrugada”, es decir desde comienzos de los años cincuenta. El Instituto Ecuatoriano del Libro, en su colección Alba Bicentenario, publicó una antología de sus libros publicados, bajo el título: “Con los pasos de todos”.
Fue Presidente del Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura por dos oportunidades. Y le correspondió, en su primer período, llevar a cabo la remodelación total del edificio de la institución.
Profesor universitario durante 15 años, en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo. Ha dictado cursos de Literatura en la Universidad Estatal de Guayaquil. Fue, como delegado estudiantil de su Facultad, miembro del Consejo Universitario de la U. de Guayaquil. También Secretario de la FEUE.
Han participado en encuentros culturales, como invitado y expositor, en México, Moscú, La Habana, Medellín, Santo Domingo (República Dominicana) y Caracas. También en el propio país: Quito, Guayaquil, Cuenca y Ambato.
Es autor de algunos prólogos en libros literarios y ha participado en innumerables presentaciones de recitales, conferencias, mesas redondas y exposiciones de artes plásticas.