POEMAS DE KEVIN CUADRADO

(En nuestra sección: Novísima Poesía)

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EL CAFÉ PENDIENTE

 

Para hablar contigo

debo hacerlo con el revolver en la boca,

ajustarme la corbata hasta ahogar la voz

cerrar los ojos para imaginarte,

robarte la dulzura a golpes,

arrebatarte las caricias con lijas y balas

revolverte las entrañas con mis mordeduras.

 

Para hablar contigo

debo tener el revolver en la frente,

desnudarme en las ventanas del silencio,

descender de los ascensores ilusorios

y revolcarme en el lodo como un cerdo,

pretenderte como un ave

y dejar mi voz en tu cabeza como el eco

entristecido del suicida.

 

Para hablar contigo

debo presionar el gatillo del revolver

o saltar del mismo puente que tú lo hiciste

y atravesar la dantesca aventura hasta los cielos,

debo conversar con Lucifer o Jesucristo

y agendarme un minuto en tu oficina

para tomarnos el café pendiente.

 

Para hablar contigo

debo arrancarme la vida, debo amarte.

 

LAS ARAÑAS DE TU RECUERDO

Las arañas de tu recuerdo

me recorren la espina dorsal

de hueso en hueso.

Vienen sin llamarlas,

sin aviso ni precaución,

muerden el poco pellejo que queda

y tragan mi sangre para escupirla luego,

se reproducen en cientos

cuando la luz está apagada

y los sonidos que existen

son solo mis gritos.

 

Las arañas de tu recuerdo

son cientos, miles,

que pueblan el universo,

están bajo los libros,

detrás de los cristales,

en la oscuridad sobre todo

y en cada una de las esquinas

de mi casa.

 

Me vienen cuando duermo

caminan por mi carne

y muerden los pelitos de mis piernas,

me arrancan la poca humanidad

que me queda,

corroen  con sus dientes de diamante

y me miran dormir

con sus ojos de espejo,

no tienen piedad, no,

las arañas son hijas de tu recuerdo,

se parecen a ti,

únicamente, a ti,

sobre todo, tienen tu belleza,

tus ocho patas

y la misma fatalidad

con la que besas.

 

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CUERPO DE MÁRMOL

 

Cuerpo de mármol, tallado

con cincel de muerto,

¡Muerto extraño!

más extraño que el silencio,

cuando en tu boca

produce colores,

formas incomparables,

indecibles,

de melodías calladas,

de profundas mudeces,

cuerpo de mármol,

piedra suelta en medio del río,

suelta entre piedrecitas de oro,

corales y cangrejos

con formas extrañas,

inmensas,

monumentales, eternas

como la talla de Miguel Ángel

cuando se vio al espejo,

el mismo cincel esculpió tus labios,

dibujó tus senos,

hizo de ti el cuerpo de piedra,

corazón de piedra,

alma de piedra, que yo tanto quiero.

 

DICOTOMÍA

 

Tú: yo mirándome.

Iguales y distintos.

Piedra y martillo.

Eres y no eres,

soy siempre.

Forma y reflejo,

tú solo reflejo.

Ojos y cabeza,

a veces grito.

Cabeza, grito y ojos,

transparentes,

inservibles,

rotos.

Inútiles armaduras.

Alma y cuerpo,

tú y yo.

Cuerpo y cuerpo,

animal y hombre.

Alma y alma,

yo y yo.

No digo que no existas,

pero sin mí no lo haces.

Tú existes porque yo escribo el poema,

si tú lo hubieras escrito,

yo no existiría.

Susceptible,

egoísta,

poesía.

Tú y tú,

irrealidad.

Yo y yo,

futuro.

Tú y yo,

poema.

 

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UNO

 

Era tan solo un chiquillo cuando vi a mi sombra

disparar al cielo un arma de verdad

hecha de algún metal más fuerte que mis piernas.

 

Mi sombra disparó y la bala cayó en caída libre,

la esperé, no sé cuánto tiempo esperé

a que la bala cayera sobre mí.

 

Recogí el casquillo del suelo,

estaba destrozado,

atravesado de plomo y de fuego el alma,

nunca volví a ser el mismo.

 

Atesoré la bala en un poema,

lo vuelvo a disparar cada noche,

siempre espero que algo muera

mas todo nace.

 

DOS

 

Mi (Tu) soledad

es un espejo

en el que no estoy (estás),

no están mis (tus) labios

ni las palabras

que un día dije (dijiste);

mis (tus) ojos no miran el infinito

y mis (tus) pupilas se desorbitan

formando los planetas.

 

El espejo intenta calmarme (calmarte)

y me (te) miente,

deja rostros que no conozco (conoces)

y le da nombres a cada uno.

 

Me (Te) miran desde todas partes

con ojos roedores,

olfatos indiscretos

y certeza de que mi (tu) soledad intenta,

con el puñal de la rutina,

matarme (matarte).

 

El no-reflejo de mí (ti)

en el espejo,

me (te) advierte que soy (eres)

un no-vivo

esperando como un no-vidente

que alguien me (te) mire

y me (te) diga que existo (existes).

 

 

kevin-cuadrado-poetaKevin Rafael Cuadrado Serrano. Nació en Quito, Ecuador en 1993. Forma parte del Centro Internacional de Estudios Poéticos del Ecuador, desempeñando la función de Secretario de Literatura Juvenil. Obtuvo el segundo premio nacional de poesía del Instituto de Arte Moderno Libre ecuatoriano-argentino en el 2014. Fue parte de la antología poética Poesía para Todos, junto con un poeta argentino, un cubano y dos ecuatorianos, en el año 2015. Es Co-fundador del grupo literario Aporema, donde realizó la publicación de la antología poética Cuatro Estaciones. Colabora con la “Revista Utopía” de la Universidad Politécnica Salesiana.