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El poeta español Antonio Porpetta nos ofrece la “teoría del tiempo” y otros poemas; textos de voz grande, de sabio fondo; imágenes embebidas de andares largos y sentires vivos. Celebramos en Metaforología su bella y fina poesía, la presencia de su halo único en las avenidas circulares del verso. Gracias Antonio por dejarnos vivir tu esencia. ~ Ana Cecilia Blum

 

 

TEORÍA DEL TIEMPO

 

Ese polen oscuro que implacable

va cubriendo de injurias nuestra frente,

esa hiedra taimada que incesante

va sembrando distancia en nuestros ojos,

esa lluvia de sombra que insensible

va inundando de lodo nuestra sangre,

ese hielo, esa herrumbre, ese derribo,

son las garras del tiempo trabajando

Nadie ve

su figura felina y transparente,

ni se escucha el temblor de sus pisadas,

su respiro lentísimo

poderoso y oculto entre los días.

Pero existe, y acecha, y torvamente

va arañando las horas,

siempre abiertas las fauces

para su larga y honda mordedura.

A veces lame nuestras pobres manos

candoroso y alegre como un río,

y anilla nuestros dedos

de hermosas caracolas.

Jubilosos

acogemos al tierno arrepentido

de su lealtad seguros. Pero pronto

vemos que se saliva se convierte

en un musgo de llanto

y que en los dedos sólo

nos crece la tristeza.

Nada queda detrás de sus crepúsculos,

nada escapa a su nieve.

Impasible,

él sigue su camino

al trote lento de su fiel ceniza:

nunca vuelve la vista ni sonríe

a la vida que canta confiada.

Sabe que en su clepsidra de rencores

siempre el agua abrirá secretos cauces,

y vigila en la orilla, quedamente,

con la calma tenaz del invencible.

 

(De Los sigilos violados)

 

 

LA HERIDA

Poesía es respirar por la herida.
Leopoldo de Luis

Si vuestra herida es, sencillamente,

una simple lesión de los tejidos

penetrante o contusa,

una ofensa a la piel originada

por violencia exterior,

más o menos extensa o lacerante,

más o menos profunda…

la solución es fácil: una cura

con la asepsia debida,

una limpia sutura realizada

por un buen terapeuta,

y sólo os quedará la cicatriz.

O ni siquiera eso: puro olvido.

 

Mas si la herida oculta su amenaza

en hondos laberintos,

y extiende la espiral de su amargura

por secretas regiones, invadiendo

los huecos intangibles, las calladas

raíces de lo humano,

lenta será la lucha, imposible

su exacta curación.

 

Habitará en vosotros como un huésped

cercano y duradero,

sangre será de vuestra propia sangre,

testimonio implacable del latido.

 

Con el tiempo será la compañera

de tristes aventuras:

quizá lleguéis a amarla porque os ame

con su aterida voz, con la certeza

de su tenaz caricia.

 

Y algún día

despertaréis sin miedo respirando

por ella, y en su imperio

quedará encarcelada vuestra vida.

Aunque os ciegue su llanto, aunque os pese

su carga de dolor.

Porque sólo seréis lo que ella os duela.

 

(De Los sigilos violados)

 

 

DONDE LAS MANOS DE LA AMADA, CON SU DESTREZA,

PROTAGONIZAN UNA HERMOSA AVENTURA

 

 

Hablan, cantan, respiran,

 

Vuelan, indagan, dudan,

se cobijan.

 

Averiguan, descubren,

se apresuran.

 

Amurallan, acechan,

se confían.

 

Avanzan, acometen,

se detienen.

 

Disimulan, conspiran,

se deslizan.

 

Prosiguen, se demoran,

 

Acosan, se apoderan,

 

Dilapidan, incendian,

se enardecen.

 

Ya persiguen,

ya insisten,

ya arrecian,

ya se ensañan,

ya rinden,

ya derrocan.

Ya vendimian.

Ya desisten,

renuncian,

se someten.

Ya proclaman la noche y se serenan.

Ya conducen,

invitan,

acompañan.

 

(De Territorio del fuego)

 

 

LOS SUICIDAS

 

Suicidarse en el mar es como desnacerse

en el claustro materno,

es como retornar a la tibieza

de la verdad primera,

redescubrir el hálito fugaz que nos perdura,

quizás la certidumbre

de que también el fin

puede ser una forma de empezar.

Hay suicidas muy torpes: tienen prisa

en sus renunciaciones

y eligen sin pensar acantilados

altos como el desprecio,

foscos como la ruina

para el vuelo final.

Acaban casi siempre

como siempre vivieron: en alguna caverna

de escollos heridores,

atrapados en redes sin linaje,

recubiertos de umbría,

anclados a su malva soledad.

Pero hay quienes ofician el suicidio

como un rito: se visten

de túnicas muy blancas,

con guirnaldas de flores

dan prestigio a sus sienes,

y enaltecen sus cuellos y sus manos

con bellísimas joyas y abalorios

cuyo fulgor conforta los sentidos

y el ánimo sosiega

y la inocencia acrece.

Después, tras consultar tablas lunares,

astrónomos, augures, cartas de marear,

escogen una fecha de otoño transparente

y con el claroscuro de la tarde vencida

se internan con cuidado entre las aguas,

la mirada en sus culpas,

el olfato en su ausencia,

el tacto en sus ensueños,

mientras van repitiendo las palabras

que jamás escucharon

y que siempre quisieron escuchar…

Con su gentil y antigua cortesía

acoge nuestro mar a estos pulcros suicidas,

les da la bienvenida, les recibe

en su inmenso nidal.

Y arrullando su frágil mansedumbre,

entre un magno silencio de ondas y presagios,

les orienta hacia dársenas ocultas,

hacia anónimas calas donde aguarda

una pequeña barca que ya tiene

la orden de partir.

 

(De Adagio mediterráneo)

 

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Escritor Antonio Porpetta

ANTONIO PORPETTA, poeta y escritor, nació en Elda (Alicante) y reside en Madrid. Su primer libro data de 1978. Desde entonces ha publicado una extensa obra que abarca la poesía, el ensayo y la narrativa.

Parte de su poesía ha sido traducida y publicada en formato de libro a los idiomas: alemán, inglés, ruso, serbio, rumano, valenciano, italiano, portugués, francés y árabe, y una de sus antologías poéticas más extensas fue editada en sistema Braille por la Organización Nacional de Ciegos de España. Tesis y estudios amplios sobre su obra han sido publicados en España, Rumania y Estados Unidos.

Ha recibido prestigiosos galardones, entre ellos, en España, los premios: “Fastenrath” (de la Real Academia Española), “Gules”, “Hilly Mendelsohnn”, “José Hierro”, y “Ciudad de Valencia”, de poesía y de ensayo, junto a los de la “Crítica Literaria Valenciana”, de ensayo y de poesía; y en el extranjero: la “Llave de Oro de la Ciudad de Smederevo (Serbia)”, por la difusión de su obra en aquel país; una Proclama de Honor de la Presidencia del Condado de Manhattan, por sus actividades académico-literarias ante las comunidades hispanas de Nueva York (Teachers College, Columbia University); y la “Orden de Don Quijote” (Lehman College, City University of  New York), por su intensa labor hispanista en instituciones académicas de los Estados Unidos.

Desde 1984 gran parte de su actividad pública ha venido desarrollándose fuera de España, con frecuente presencia en universidades y centros culturales de muy diversos países de los cinco continentes -29 hasta la fecha- como conferenciante, lector de poesía y director de seminarios de iniciación poética.

En octubre de 2012 fue galardonado con el Premio de las Letras de la Generalitat Valenciana, máxima distinción cultural de dicha Institución oficial, “como reconocimiento a su obra literaria y a su dedicación para el acercamiento y disfrute del lenguaje y la sensibilidad poética”.

Antonio Porpetta es también Licenciado en Derecho y Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y Miembro Correspondiente de las Academias Norteamericana (Nueva York) y Guatemalteca de la Lengua Española.