15 POETAS Y 15 POEMAS

PARA ENCENDER LA JORNADA

 

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Alfredo Pérez Alencart (Perú)
José María Muñoz Quirós (España)
Odalys Interian (Cuba)
Jorge Dávila Vázquez (Ecuador)
Lizette Espinosa (Cuba)
Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador)
Juan Secaira Velástegui (Ecuador)
Marian de Vicente (España)
Jorge Ampuero Vacacela (Ecuador)
Annie Altamirano (Argentina)
Arístides Vega Chapú (Cuba)
Enrique Solinas (Argentina)
José Amador Martín (España)
Manny López (Estados Unidos)
Ana Cecilia Blum (Ecuador)

***Pinturas de Miguel Elías (España)***

 

 

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AÑO NUEVO

Alfredo Pérez Alencart

La orquídea
que te ofrezco hoy,
brotó el año pasado,
princesa.

Es flor cuidada
en el invernadero
de mis entrañas.

Acéptala.
No importa que otros
la estimen cosa
de instantes.

También
la aurora lo es,
pero renace siempre,

como el amor
que te entregué
el siglo pasado,

princesa.

 

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EL CAMINO DE LO INVISIBLE

José María Muñoz Quirós

No he sabido mirar de esa manera incierta
que enmudece las cosas y se esconde
en una incertidumbre, como una fuga
suave que brotase en la sombra del alma.
No he sabido allanar los caminos
que llevan a la noche, al misterio
que tú rozas con una caricia silenciosa,
encendiendo el modo de habitar los paisajes,
las calzadas, los muros por donde
has avanzado en la espesura,
viviendo sin vivir,
todo llena de un íntimo secreto.
Y desde esa leve presencia de las cosas
he navegado entre las aguas de los ríos del tiempo,
junto al laberinto de las palabras que anuncian
un pálpito sereno revestido de penumbras azules.
Y como la transparencia de las cosas,
he subido hasta el árbol donde un pájaro calla,
misterioso y oculto,
sin más color que la claridad intensa de la mañana.
Y he escuchado su manar de armoniosos silbidos,
su voluptuoso rito de canciones.
Y tú estabas en ese espacio
que la vida nos regala y nos colma,
como otro pájaro solitario que ascendiera
hasta el fondo cristalino de la luz y la noche.

 

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NOS BASTA

Odalys Interian

Nos basta el fuego y las visiones
lo manso arropándose en la luz
esa ofrenda de dulce silencio
y nos basta el amor
en su arduo ejercicio
de desastre
la vida trayendo otra ruptura
y otra fuerza
hilándonos
a esa claridad de las preguntas
a ese viejo néctar del sol
y la llovizna

Nos basta el signo y el mañana
y vamos silenciando los espacios
la ruidosa rutina de la sed
lo desmedido
el éxtasis
quedándonos en lo rocoso y firme
en el festejo memorioso
del corazón
que simula una metáfora.

 

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LEVE HUELLA

Jorge Dávila Vázquez

Yo no soy Alejandro, ni Genghis Khan,
ni Atila, ni Pizarro siquiera.

No fundé imperios, estirpes o ciudades.

No destruí lo que otros construyeron,
ni arrasé aldeas, puertos o sembríos.

Soy, apenas, un hombre, un ser humano.
Por donde paso, vuelve a crecer la hierba.

Y, sin embargo, mi leve huella queda
en la palabra, en el sueño del hijo,
en el gesto de la mujer amada.

Y quizás quede algún tiempo en la memoria
de otros seres humanos, mis iguales,
hasta que el viento del tiempo
la borre, la aniquile.

¿De dónde vengo? Como tú, como todos,
de más allá de Alejandro, Genghis Khan,
Atila, Colón, los Almagro y Pizarro.
De los santos, los reyes, los esclavos,
los conquistados y los conquistadores,
los nómadas, los sabios, los bufones;
del campo, de las urbes, el mar y la montaña.

Los grandes libros de historia no van a mencionarme,
y, sin embargo, como soy parte de la humana estirpe,
mi leve huella del paso por el mundo,
durará por los siglos de los siglos,
en los anales perennes de lo eterno.

De leves huellas está hecha la leyenda,
el mundo se construye de ese trazo
que dejan los humanos cuando pasan.
El universo, el cosmos no son si no la suma
de millones de huellas sin estirpe, sin nombre,
sin blasones, ni historia ni grandeza,
pero que hacen y forjan la materia
brillante de la estrella y el resplandor del sol
siglo tras siglo.

 

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COMIENZOS

Lizette Espinosa

Los ojos se devuelven al camino
y en las manos el viento deja caer su amparo.

El barro ahora es otro, y otros son sus misterios.

Sobre nuestras cabezas
las nubes forman rostros conocidos,
pero seguirlos ya no es nuestra encomienda.

¿Qué color permanece más allá del olvido?
¿Qué palabra se queda para nombrar las otras?

 

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DE AQUELLO QUE ES LO VIVIDO Y OTRAS CIRCUNSTANCIAS

Xavier Oquendo Troncoso

No sé si vuelva a ver toda la impresión de las imágenes azules,
si el olfato me reconozca en medio del tumulto del sentido
o el corazón siga latiendo como el faro viejo
de algún muelle enmohecido.

No sé si el gusto vuelva a sentir el sabor claro y profundo
de aquello incomible e imbebible que todos amamos
y el tacto se atreva a regalarme su aorta enorme,
su vista gigantesca, su gran armonía para tocar las cosas,
para sentir las asperezas que bifurcan el sentido del alma.

No sé si volvamos a encontrar el sonido de aquellas
aguas petrificadas, convertidas en profundas estalactitas
mediante el rumor perturbador del tiempo.

Pero esto, que he logrado coleccionar en los sentidos.
Esto que ahora habita en la plaza de mis conocimientos
y que se ha formado como un collar de perlas preciosas
en las minas marinas del pasado, solo serán
otra forma de ser y de serme
y de estarme.

Y de darme al mundo.

 

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COORDENADAS

Juan Secaira Velástegui

convidar al tiempo como el rostro de un niño a las 6 de la mañana.
solo las piedras hacen de la ciudad un lugar estable.

un ave cautiva al sol cada 30 minutos.
vuelve el adicto a fijarse promesas en un pálido espejo.

nieva donde florecen heridas. un dolor vacío de premoniciones.
una mano de gato a la habitación con afiches de futbolistas muertos
de realidades en blanco y negro. de botellas llenadas a medias.

no se pierden los amigos: escapan de la música inentendible.
el amor muere en la pretensión de explicar el latido de un corazón ausente.

morder el borrador del lápiz mientras se piensa en personajes ambiguos.

olvidar también es un acto de poesía en el inicio eterno
de la inocencia: ofrenda y maldición cuya magia se encuentra
precisa e impía en la enfermedad que nos conduce a la vida por las horas
de lanzarse en caída libre
para en el fondo
tocar el sol.
pensar en un camino inconcluso
en la novedad ilusoria del estar
intuir cierta calma para desembocar en la premisa que rige existencias y fragmentos:
incluso en la pesadez de la noche nacerá el reflejo de la sed.

entonces iremos un paso más allá.
dar de beber al hambriento.
dar de comer a quien por no tener manos
lleva un mapa tatuado en las venas con las coordenadas
y el calendario al revés

pero ya casi llegamos a la meta de un destino
afín
al preámbulo de nuestros días.

 

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CAMINO DE VUELTA

Marian de Vicente

Allí donde el terreno
sólido es y puede
seguir nutriendo, donde
se renueva la vida,
la muerte, a cada instante.

Allí donde hay memoria
de la primera luz.
Allí donde se guardan
los misterios, y el aire
y el agua se confunden,
donde anidara el fuego.

Allí, de donde vine.
Allí, hacia donde vuelvo.

 

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DE ESTE AÑO NO PASA

Jorge Ampuero Vacacela

Y continúan
las sonrisas
atrasadas,
los abrazos
incumplidos,
las miradas
pendientes,
los encuentros
sin boleros…

Lo que es a mí
este año me pagan
porque me pagan;
ya estuvo bueno
de perderse
las ternuras,
de dejar
pasar las lluvias
sin mojarse,
los soles sin
quemarse y las
madrugadas
sin encontrarse.

Otro año
que se viene
y uno esperando
la tarde deshabitada,
la mujer de aguas
profundas, la
flor recuperada,
los poemas
contra la fiebre…

¡Este año, a mí
me pagan porque
me pagan todo
lo que me deben!

 

 

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AÑO NUEVO

Annie Altamirano

Un año más
el cava, las salutaciones,
el aire de ausencia de un nuevo espacio vacío,
el gesto de cambiar
un número por su siguiente.
Un lapso que se muere
con el nacimiento de otro
cumpliendo el incesante ritual astronómico.
Un año más
con las doce irremediables campanadas
el nuevo año se abre como una agenda nueva
donde firme anotas tu propósito,
donde un tiempo sin rescate
plantea la incógnita de los días.
La arena cae del reloj
sin pausa y sin descanso…
un año más
o un año menos.

 

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EN DÍAS DE FIESTA

Arístides Vega Chapú

La mesa vestimos
y en ese ondear del mantel
-antes de caer sobre la pulida madera-
los bordados de frutas y vegetales
colman el aire
con la promesa de sus aromas.

Berenjenas, ajíes, tomates, uvas,
parecen levitar
entre la blancura de la tela.

Ya posado el tapete
acoge al arroz de oro
en lozas floreadas.

La risa de la madre revolotea
mientras dora delicias, macera aliños
y sus manos rosas
hacen de nuestra mesa un óleo vibrante
en días de fiesta.

 

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HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO

Enrique Solinas

No tengo más
que esto que soy
y la certeza de vivir
en un mundo herido.
He mirado la muerte a los ojos.

Resplandece la poesía en mi país,
habita cada instante
de mi casa,
atraviesa este cuerpo sin razón,
se manifiesta inesperada.

Quien venga hoy a visitarme
nada le ofreceré,
salvo estas palabras que nacieron
bajo el viento de octubre,
campo de imágenes que habitan
el aire que respiro,
el fondo de esta voz amordazada.
Que venga nomás,
ya no sentirá hambre ni sed,
le prometo
que seremos felices para siempre,
jóvenes eternos, moradores
de un jardín deseado
desde el principio
de los tiempos.

Aquí en el poema,
sueño oscuro,
unidos
en el dolor de la esperanza.

Aquí en el poema
celebraremos,

el asombro, la dicha,
el frenesí.

Las nupcias de la noche y el día
en el corazón del éxtasis.

 

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ANTE EL NUEVO AÑO

José Amador Martín

Será un sonar de campanas, tu ida,
aquellas campanas que te despiden,
que te alejarás de mí, para siempre,
otras campanas traerán otros sueños.

Nada importa
que haya sido bueno o malo
el balance de lo vivido,
de lo perdido,
de todos los momentos,
te irás.

Volveré a soñar con cielos,
trataré de ser más dichoso
en los instantes que quedan
y alcanzar, en lo posible, otras metas,
tengo fe inquebrantable
en un futuro incierto, todavía.

La belleza
de los días pasará,
morirán las rosas,
volverán días de sombra,
también de luz
donde guardarnos,
en los que no perderé la esperanza,
los sueños.

De los desiertos, haré mares,
aún cuando veo como el sol muere en el mar.
Cuando esté cansado,
cuando la noche oscura me atraviese
buscaré en el mañana
que vendrá
sobre paisajes antiguos
el anhelado amanecer
que siempre sigue a la noche.

 

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NO TENEMOS IDEA DEL PRÓXIMO PASO

Manuel Adrián López

Esperamos congelados
como el cadáver embalsamado de Evita
que viaja de ciudad en ciudad.
Nos hemos mordido el labio inferior
soportando el dolor
sin hacer ni una sola pregunta al muerto.
En el andén de esta penúltima estación
con el testimonio que guardamos
en la pequeña maleta azul
serenos
esperamos el desenlace.

 

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LA JORNADA

Ana Cecilia Blum

Fieras gigantescas.
Filos de acantilado.
Falsetes de sirenas.

Que llegue yo liviana,
en vuelo, en brisa,
en barca de luna,
en gota de cielo.

Que sea yo Penélope y Ulises,
la jornada y la Isla.

Que sea yo el nácar, el coral, el ámbar.
Que sea mi talego la advertencia de los sabios.

El destino no, el camino. Ahora lo comprendo.

Un telar yo soy, un telar yo llevo.

 

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