Dos Rituales Poéticos de Manuel A. López (Manny) a propósito de la presentación de su más reciente libro ¨Room at the Top¨ (Eriginal Books) en la Feria Internacional del Libro, Miami 2013.

Manuel Adrian Lopez

Amaneceres

Siento la gata que tira de la sábana
debo abrir la cortina
comenzar el diario ritual
y enfrentar al demonio que me lanza
sus pelotas de fango
tratando de sacarme del camino escogido.
Al revisar las imágenes de la noche anterior
noto el gran salivazo que cayó sobre el público.
Gestos que nos traicionan
y quedaron plasmados por un lente.
¡Estas reliquias deben ser manejadas con cuidado!

El café lleva rato listo
me paro en la ventana de la cocina
y entre las ramas de la albahaca diviso
a un hombre extraño que me observa
viste camiseta gris
y un calzoncillo demasiado gastado
lleva el pelo elevado como la caña brava
y una pátina de miedo.
¿Dónde lo habré visto antes?

Abro con cuidado el correo
y la página social cibernética
no tengo paciencia para solicitudes
que llegan de un supuesto hombre bueno
suplente para los que necesitan de un apadrinado.

La gata que ha visto mucho más que yo
maúlla buscando atención
roza mis piernas con su rabo
pide que la acaricie.
Amanece…

Y he decidido enfrentar el miedo
no quiero seguir sintiendo
latidos en la planta del pie derecho
no quiero volver a mirar a la gata
con esta expresión de angustia.
Debo frenar esto
y no aburrir a mi aliado.
Si tengo que derrumbar muros
no volveré a esperar otro amanecer.

 

Room-at-the-TopEl desamparado

Cada domingo al pasar por esa ruta del dolor
lo veo sentado de penitencia en el banco
sopla y mueve sus dedos creyendo que toca el clarinete.
El cuerpo de atleta aquella sonrisa brillante
y todos sus atributos hecho trizas.
Su domadora sigue en el mismo lugar
lista para un latigazo o una breve caricia.
Entre semana estudia teología y política global
enclaustrado en la biblioteca pública
transita por el internet buscando música
flamenco puro o algo de Miles Davis.
De vez en cuando se acuerda quien realmente fue.
Sale a buscarla afeitado oloroso
con un traje Dior de su época de guardaespaldas.
En menos de una semana regresará a ese banco
sueña con cosas simples:
arroz blanco con sardinas
horas interminables sudando al juego del amor.
El próximo domingo me detendré al pasar
le gritaré como hacen los demás:
¿Y el clarinete?

 

(Poemas tomados del libro, “Los poetas nunca pecan demasiado” publicado por Editorial Betania)