POEMAS DE JUAN ROMERO VINUEZA

 

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Juan Romero por el lente de Sebastián Trujillo

 

Santo Grial

llevo años buscando al poeta perfecto // he comido líneas de azufre y he caminado por asfalto caliente totalmente descalzo de mi alma // dejando atrás un pasado y un terrible dolor de cabeza que arruinó mis noches de fin de semana // una bata blanca y un par de intentos de suicidio guardados en un cajón con llave // he comprado miles de vicios y he mandado a volar la tierra conmigo dentro // me he recostado a destruir el césped con mis dientes y no he podido escarbar la tierra para buscarle un origen al poema // meses he tratado de reponerme de la frustración que el mar me ha traído con botellas de ron sin amor // en los huesos de las tumbas que he intentado profanar para ver como son los poetas por dentro y descubrir que en realidad no hay nada más que muerte // no importa cuántas veces se reinvente a un ídolo nunca será perfecto // me he visto caminando sólo en una vereda llorando por una causa perdida por la necesidad de ser recordado como algo más que un buen polvo // he destruido los restos de un amor que rompió mis huesos y que aún no logro darle una garganta para que le aúlle al viento que no pasa // he roto los colores del sonido y he pintado con letras mi cuarto // me sé de memoria los lamentos de un homosexual muerto en la guerra // he ganado dinero construyendo un mito sobre gente que en algún momento pude odiar // he buscado al poeta perfecto dentro de los árboles y fuera de la vida // lo he citado para tomarnos un café con la muerte y él siempre está ocupado jugando al ajedrez con otra señora // quiero verlo y decirle que lo odio // es una pena que jamás haya respondido a mis cartas porque quizás se las come o las bota o se limpia el culo con ellas // estoy harto de sufrir la partida de algo que nunca llegó // he husmeado en los álamos y las magnolias y ahora sé que no son más que pequeñas figuras de origami con veneno // ¿he visitado lugares que no pueden verse aún sin permiso de nadie y sin cagarme en los derechos de autor? // he plagiado a todo el mundo y todo el mundo me ha plagiado a mí porque a la final siempre decimos lo mismo // no quiero volver a verme dando pasos despistados en la calle con una muchacha a la que no le importa que yo esté buscando al poeta perfecto mientras ella solo piensa en follarme // me he sentido triste más veces de lo que creo y he dicho muchas mentiras y no me arrepiento de nada // conozco más de la muerte que de la vida // creo que podré algún día erigirme un propio mausoleo y una estatua que diga que el poeta perfecto arruinó mi vida // me he amenazado con ahorcarme o pegarme un tiro en la cabeza la próxima vez que se me ocurra levantar la mano y empezar a cavar una tumba para el hacedor del universo // maldito poeta perfecto te odio tanto

LA VERDAD CREO QUE

ES UNA SUERTE

QUE NO EXISTAS

 

 

Patio de atrás

I’d rather not go back to the old house

(Back to the old house, Morrisey)

 

siempre la vuelta al patio de mi vieja casa es gris / es una ceniza que quiere ser fuego y que no consigue ser más que polvo / cuando regrese a la vieja casa veré al árbol hecho semilla / seré yo mismo el embrión / me comeré mi lengua para hacerme más digno / más puro / porque el silencio dinamita los rincones de la casa

el arte volverá a mis dedos / y el olvido será el presente porque la memoria es una mentira que prefiero recordar / podría burlarme de mi rostro infantil-adolescente / mudarme de piel sobre los geranios destruidos / quemar el prestigio oneroso de ser poeta / roer los huesos que se esconden en el sótano / desmitificar los ojos que me vestían detrás de las ortigas

quisiera volver a sembrar el cactus que murió sin siquiera nacer / en la tierra botaré semillas de muerte / de sueño / de olvido / cosecharé espantapájaros que amen los cuervos / criaré cuervos que odien a Poe / forjaré Poes que no sepan leer / me cantaré canciones de cuna cuando tenga pesadillas azules /

seguiré subiéndome al limonero para lanzarme al abismo / robaré los higos de mi hermano para endulzar la noche / botaré el veneno para ratas sobre mis pupilas para volver a ser ciego / menos niño / más dócil y agua /

 

algún día regresaré a la vieja casa

[cuando esté preparado para mi entierro

y los árboles estén muertos

y olvide todo lo que dejé escondido en ese patio]

 

 

El padre de Juan Preciado

la muerte no me da miedo en lo más mínimo // la búsqueda sí que me aterra // Comala es un sitio inhabitable // ya ni los perros ladran ni los vivos viven // las acuarelas que podría pintar sobre esta tierra me las reservo para luego del encuentro con el pasado // después de verme en un espejo del tiempo y saber que Pedro estuvo aquí y fornicó a tal o cuál mujer antes o después de mi madre // saber que el bandido que quise conocer no era tan grande como me lo pintaban // que la leyenda no era más que un papiro cortado por un cráneo desvencijado a la venta en una tienda de artesanías // primero hablaré con un mudo y luego me recostaré sobre las tumbas a llorar mi búsqueda // quiero destruir el tiempo y convertirlo en un armario lleno de baratijas y alhajas que pueda venderle a los extranjeros que pasen por este pueblo tan desierto // quiero ser un miserable más para sentirme en casa // quiero saber por qué me llamó así // porque mi padre tuvo el descaro de huir y poblar todo // él no es el génesis // me encantaría poder hablar con los muertos para preguntarles cosas // quiero escarbar en la tierra y buscar al hombre que está bajo la vida y sobre la muerte // quiero encontrar a ése hombre para poder ser yo // yo no soy sin el otro // yo corro y mis ojos se caen de vez en cuando y empiezan a buscar el lugar para escarbar // yo camino ciego sin rumbo // la búsqueda no es más que eso: una derrota prolongada por el deseo de éxtasis y exoticidad perdida en una covacha llena de historias de un pasado que a nadie le importa // busco mi nombre en las llagas que tengo llenas de larvas cocinadas y lo veo // no comprendo aún lo que dice // es un tatuaje que llevo en el alma que no pude venderle al diablo porque mi alma estaba demasiado sucia y usada por otros demonios que aún no se han puesto de acuerdo en la fecha de mi subasta // mis llagas solo me mostraron dos líneas y yo exclamé:

¡Juan cualquiera,

Pedro sólo Páramo!

 

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Cráneo

a Yuliana Ortiz Ruano

el dolor es fuerte pero el cráneo puede  soportar el choque de un martillo gigante sin ningún problema // la poesía no es tan fuerte como el cráneo del que la escribe // ¿o es al revés? // el poema vive y mi cráneo se despedaza en trocitos de carbón por conocer el espejo que está escondido en un rincón de un una ciudad perdida entre montañas y una brisa inexistente // en un  momento perdido dentro de los ángeles que venden marihuana a altas horas de la noche // en los labios de aquel que besa solo porque no sabe lo que quiere //
la angustia está reservada para los que quieren comerse el mundo pero aún no saben amarrarse los cordones de los zapatos // por eso caminamos sin rumbo y nos perdemos en bosques llenos de hojas hechas de gilletes y ramas de alfileres // hacerse daño a uno mismo es el mérito de mi generación // habilidad adquirida por culpa de los poetas que no superaron sus traumas edípicos // gracias por todo poetitas de mi patria // los recordaré antes de suicidarme
el vértigo sobre un paisaje andino es lo más común si se vive a 2850 msnm y se quiere respirar  poesía // cuando no hay ni siquiera suficiente aire para que llegue al cráneo // el oxígeno se escapa y nos deja un rato abandonados sobre una alfombra de azules peñascos y abismos sin fondo que nos dicen //

qué fue

¿vas

a

saltar

o

no?

 

 

zu Hause

a Paúl Romero

 

permanezco tejiéndome una bufanda de viento

con los milagros que nunca se cumplieron

en cada suspiro que tienen las fotos encima del piano

 

la vuelta es una espera interminable

no necesito de una casa vacía

para saber lo que es estar solo

 

tampoco quiero ser una palabra gastada

en la boca

de los que están en las fotografías

una vez más

 

las imágenes no hablan

y me alegra mucho que no lo hagan

 

así puedo volver a casa cuando quiera

y no encontrarme

con el pasado

que alguna vez maté

 

en el mismo lugar

donde lo había dejado

 

 

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Jean Paul Sartre o la elección de fracaso

 

Sartre

elegí fracasar una vez más

 

con la mano llena de tinta

las uñas de mis dedos

no son más que residuos de un incendio

con el que quise borrar un pasado

lleno de mierda

 

lo admito

sé que fracasé y que lo seguiré haciendo

 

la poesía no me hace inmune a nada

corta pedacitos de muertes y me las regala

como el pedófilo obsequia chocolatitos a las

jovencitas de faldas cortas

 

ellas aceptan

yo acepto

 

y nos reímos de la vida

porque no vale nada

porque es una especie de nada

 

si fuera nadaísta sería más interesante

pero no lo es

no nos engañemos

 

el fracaso en sí no es escribir poesía

sino elegir hacerlo

 

quizás es peor cuando te das cuenta

que

a la final

 

tú no la elegiste

ella te buscó

 

y a ti siempre te gustaron las busconas

 

 

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Fotografía por Tyrone Maridueña

Juan Romero Vinueza (Quito, Ecuador, 1994). Estudiante de Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Sus poemas y cuentos han sido publicados en revistas físicas y digitales en México, Perú, Ecuador, Argentina, Colombia, Venezuela, Guatemala y España. Artículos suyos han sido publicados en Entremares Magazine, La Barra Espaciadora y Rocinante. Tiene una columna de opinión en el diario La República. Maneja el blog de poesía hispanohablante Cráneo de Pangea, junto con Yuliana Ortiz Ruano.
Consta en la Antologías de poesía: Sinfonía Lírica: muestra de poesía total, (Perú, 2014); Noventa Revoluciones (Ecuador, 2015); HARAWIQ: muestra de poesía boliviana-ecuatoriana (Ecuador-Bolivia, 2015); Pata de Araña: Antología Poética junto con Azael Álvarez Ramírez (Ecuador, 2015).

 

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Nota de la Editora: Hace poco estuve en Ecuador, invitada a participar en el Festival de Poesía Paralelo Cero, respiré allí el aire inspirado de lecturas y almuerzos con varios poetas jóvenes ecuatorianos. Saber sobre la voz de estos chicos ha sido un descubrimiento estupendo. Esta generación de novísima poesía nuestra es dueña de una palabra poderosa que provoca dolores en el pecho, esos dolores deliciosos que solo dan los poemas duros, los poemas feroces, los poemas intensos; versos que saben desarmar para volver a armarnos.  Una muestra para ilustrar lo que siento sobre este flamante racimo de vates la presento aquí desde la pluma de Juan Romero Vinueza, poeta que junto a Yuliana Ortiz, Cristian López Talavera, Luis Franco, Santiago Grijalva, Fernando Muñoz,  Jorge Luis Bustamante, Kevin Cuadrado, entre otros que se me escapan por ignorancia o por despiste -y que poco a poco hemos de ir publicando- están forjando ya una nueva, maciza y talentosa generación a la cual es imprescindible seguirle el rastro, el fuego, las alas, la tinta. ~ Ana Cecilia Blum (Editora de Metaforología Gaceta Literaria).

Para saber más sobre los poetas ecuatorianos nacidos en las décadas del 80 y 90 visita el blog Cráneo de Pangea.